A Alianza la alegría le duró siete días. Desde el sábado de la semana pasada cuando venció a FAS hasta ayer que cayó ante Atlético Marte por 1-0. La sonrisa de los labios volvió a torcerse y otra vez se quedó en una mueca de impotencia e insatisfacción. ¿Será que el triunfo obtenido ante los tigrillos fue casualidad?
Porque la racha de victorias de los aliancistas volvió a quedarse en uno. Las vibras del triunfo sobre los asociados hace una semana solo le alcanzaron para apretar con entusiasmo los primeros cinco minutos del partido, y jugar después con el miedo en la camisa, cuando el Marte empezó a hacer su juego.
Un tiro al horizontal, cortesía del mexicano José Luis Osorio; el remate de Danny Torrez sobre el mismo horizontal; y un centro envenenado de Emerson Véliz, que Rafael Fuentes tuvo que cortar con apuro, fueron las primeras señales que los carabineros pensaban dejar atrás los últimos malos resultados.
Y en efecto, después de las tres acciones anteriores llegó el tanto. Franco Rodríguez vio adelantada a la defensa blanca y filtró una pelota al espacio; el brasileño Marcelo Messías vio la pelota, la saludó, le deseó buenas noches y la dejó pasar sin siquiera soplarle, justo para que Osorio se escapara y le metiera un globito a Fuentes. El balón sacudió la red. Las manos a las cabezas: las albas por la frustración, las marcianas por la satisfacción. El clásico capitalino empezaba a vestirse de azul una vez más. Como nunca antes en los torneos cortos.
En adelante, fueron los dirigidos por el argentino Ramiro Cepeda quienes tuvieron más la pelota. Alianza era un elefante: grande pero tosco en la conducción, y cada vez que los marcianos recuperaban la pelota: allá va el contragolpe, un hueco enorme en el mediocampo blanco y oportunidades falladas por Osorio solo ante Fuentes, y Véliz en un tiro frontal a las manos del meta aliancista.
Hasta la segunda mitad los dirigidos por Milos Miljanic regresaron a la tierra. Un centro cerrado del colombiano Edgar Ramos que Javier Gómez prefirió sacar a tiro de esquina y un tiro de Mauricio Quintanilla como fruto de una buena triangulación aliancista fueron los primeros intentos por empatar.
Para terminar de cargar el encuentro, Rodolfo Zelaya regresó a las canchas y le puso más dinamismo a las oportunidades de su equipo. Además, Edwin Benítez se fue expulsado y las cosas se pusieron de sobra favorables a los aliancistas.
Los centros llovieron con más insistencia que nunca; pero Gómez atrapó todo lo que voló en su área. Ayer no hubo errores, solo control en la defensa marciana, que le sirvió para que otras oportunidades de Abraham Amaya y José Oliveira no encontraran la red.
Se sentenció así el clásico capitalino. Alianza regresó a la senda más conocida de sus últimos tiempos, y el Marte ganó su primer clásico capitalino en torneos cortos; ayer, más de un niño decidió mejor hacerse aficionado azul.
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