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La sanción impuesta a Alianza de dos juegos a puerta cerrada y $2,000 de multa por las explosiones ocurridas el domingo en el estadio Cuscatlán, previo al juego entre Alianza y FAS, podrían repercutir incluso en la disponibilidad de los albos de colaborar con el proceso de selección nacional. Así lo dejó ver el presidente de los albos, Lisandro Pohl, quien está notablemente molesto e inconforme con el castigo que, a su criterio, está dirigido a la junta directiva y a los jugadores aliancistas. 

¿Qué análisis hace, ya en frío, sobre la sanción impuesta a Alianza por las dos explosiones del domingo pasado en el Cuscatlán, pero, sobre todo, de los dos juegos como local que tendrán que disputar a puerta cerrada?

La sanción económica de $2,000 es una multa, pero realmente la sanción fuerte e injusta es que te ponen dos partidos a puerta cerrada, sin aficionados. Los ingresos que te dejan los aficionados es parte del presupuesto que tú tienes para cubrir los gastos de un equipo. Esas dos entradas, en la forma en que habíamos planificado, significaban $70,000. Era lo que íbamos a ocupar para el pago de la planilla de abril. Cuando nos sancionan, te dejan tonto, porque no sabés cómo vas a hacer. Ya no es una multa, es un castigo a los jugadores, porque ellos de eso cobran. Es un castigo a aquellos aficionados bien portados que no han tenido nada que ver en este tipo de situación. Los que quedan libre de esto son los responsables que causaron esto. Nos parece descabellada la forma cómo el tribunal disciplinario dialogó para llegar a este tipo de sanción. Buscar $70,000 de acá a fin de mes es bien difícil. 

¿A raíz de qué se tomó la decisión de cerrar las puertas a la prensa deportiva para los entrenamientos del equipo albo en esta semana?

Luego de conocer que jugaremos dos partidos a puerta cerrada, lo que no queremos es diversidad de opiniones y que se vaya a confundir la opinión. Queremos aislar a los jugadores de este problema porque es un problema que a ellos les va a preocupar, que no lleguen aficionados, sabiendo que de ahí salen sus salarios. No es otra cosa más que eso. Nos vamos a reunir como junta directiva para ver si realmente vale la pena la apelación de la que nos han querido privar el derecho de hacerla. Cuando todo esto pase, a nadie le vamos a prohibir la oportunidad de entrevistar a los jugadores. Lo que nos ha molestado a nosotros son las declaraciones del señor Manuel Aguilar, dirigente de la FESFUT, que desde el día lunes ya estaba tomando acción para prevenir que nosotros fuéramos a usar ese derecho de la apelación. Nos parece, con esos hechos, que ya había algo preconcebido en contra del equipo, porque, si no, tú no haces ningún tipo de declaración.

¿Seguirá colaborando con los procesos de selección nacional, aun y cuando usted se siente afectado por la sanción al plantel?

No sé. Todo esto no abona a toda esa buena relación. Me acuerdo que nosotros apoyamos a nuestros dos representantes en la FESFUT y para sorpresa de nosotros ellos solo nos buscan cuando necesitan apoyo para sus proyectos de selección, que es lo que a ellos les da su rédito, pero cuando se trata de legislar de una forma pareja, tomando en cuenta los intereses de los clubes, ahí desaparece totalmente el liderazgo. Ahí vemos nosotros a Rafael Villacorta, que no sé si él actúa más como miembro de la junta directiva de la FESFUT o como presidente de FAS. Sus declaraciones desde el día lunes fueron tendenciosas a que había que castigar al Alianza. No entiendo cómo se vuelven tan fríos ante una realidad que pasamos todos los directivos de todos los equipos. Nunca hemos visto que él haya salido diciendo que hay que castigar a la barra de su equipo, después de todos los incidentes en que se han visto metidos.

¿Sigue fijo en la idea de desligarse de la barra aliancista por los hechos ocurridos el domingo en el Cuscatlán?

Acá el problema se da cuando las barras se salen de control y, lamentablemente, para un partido pueden llegar 100 miembros de la barra y para otro pueden llegar 500 y no todos llegan en el estado sano para ver un juego. Llegan ya en estado de embriaguez y eso es difícil de manejar para los líderes. Eso lo vemos nosotros con las barras grandes, los equipos chicos no tienen esos problemas. Pero acá nadie quiere hacer nada porque se sienten como secuestrados por el apoyo que estas barras le dan a los equipos y a las directivas. Pero acá no se trata de estar en contra de nadie, acá se trata de buscar una solución para que todos estos incidentes ya no se den, porque lo que pasó el domingo es un precedente que tenemos que entender que la seguridad de ellos mismos es más importante. Es un problema para ellos, si no quieren entender que las medidas se van a tomar para protegerlos a ellos. Ahora vamos a poner orden y para eso tenemos que eliminar a todos esos elementos que llevan a la excitación, a la violencia, a los insultos, porque todo eso se va engrandeciendo.

Pese a que no es generalizado, en la comisión de arbitraje de la FESFUT se habla de que podría haber sanción para la cuarteta arbitral, encabezada por Jaime Carpio, para el juego de Alianza-FAS disputado el domingo. ¿Qué opinión tiene sobre ese punto?

Me parece descabellada la afirmación de que ellos deberían ser sancionados porque permitieron que el partido se llevara a cabo. Yo me quedé desconcertado cuando vi las declaraciones de don Humberto Torres, de la comisión de arbitraje de la FESFUT, cuando tengo entendido que es al contrario. Un árbitro tiene que agotar todas las instancias para poder llevar el partido. Jaime Carpio pidió a la policía que le dijera si iba a contar con todas las garantías para poder llevar a cabo el espectáculo. Yo quiero felicitar a la cuarteta completa porque demostraron que tuvieron la madurez. Me pregunto cómo hubiéramos hecho después de que todo el mundo se hubiera puesto a reclamar el dinero de su entrada si el juego se hubiera suspendido. Hubiera sido un caos total.