LA temporada 1996-1997 fue la última en la que el Águila y el Alianza se vieron las caras en un partido definitorio, en etapa de semifinales. Durante ese certamen, ambos equipos tuvieron un desempeño destacado, pero más el cuadro emplumado, que terminó las cuatro vueltas como líder, con apenas cuatro derrotas, mientras que los albos fueron segundos.
El primer juego se disputó en el estadio Flor Blanca, hoy Jorge González, en el cual se dio la campanada, ya que los emplumados eran amplios favoritos.
De hecho, durante el partido dominaron las acciones, pero no pudieron concretar ante el cuadro capitalino, que esperó bien ordenado atrás, aprovechando en el momento oportuno para hacer daño.
Esto lo consiguió con una gran actuación del argentino Horacio Lugo, que con un doblete sentenció la victoria. El primer tanto llegó luego de que “la Pulga” recibió una pelota filtrada de William Chachagua y avanzó sin marca hasta el área aguilucha por el costado izquierdo, el portero Raúl García hizo el intento en una salida desesperada por achicarle el espacio, pero el delantero albo, con clase, la punteó para tirarla por encima y colocar de esta manera el 1-0 sobre 34 minutos.
En la segunda parte, al minuto 53, el Alianza sentenció luego de un potente remate de Chachagua que fue rechazado a medias por García, dejando la pelota sobre la meta, y sin marca el argentino apareció para conectar de cabeza el 2-0, que le sirvió a los blancos para llevarse la ventaja en la serie.
Vuelta y boleto blanco
Los emplumados llegaban moralmente golpeados tras perder en la ida y tener que ganar obligatoriamente por dos goles para empatar (en ese entonces no valía posición en la tabla) si querían alcanzar la final del certamen.
Empero, la noche del 5 de julio de 1997 fue una de las más tristes para la afición negronaranja, que a pesar de haber llenado el estadio Barraza, no vio la tan ansiada remontada.
Desde los primeros minutos los emplumados se fueron al frente en busca del triunfo, pero sucumbieron ante la aguerrida defensa blanca, comandada por Nelson Rojas y Adrián La Cruz, que no permitieron que los emplumados se aproximaran siquiera al área.
Milton Meléndez fue parte de ese equipo blanco que logró la gesta de clasificar a la final a costa del Águila, y recuerda ese partido como uno de gran dificultad, en el que la ventaja de la ida les bastó para conseguir el boleto.
“Son partidos difíciles los que se juegan siempre contra el Águila, esa temporada era más larga, se quedaba campeón una vez al año. Por eso estos partidos de semifinales se vivían con mayor intensidad, si no, dejabas de lado todo el trabajo de la temporada. Yo estuve en la banca, pero el técnico me tuvo confianza e ingresé, pude ayudar a que las cosas salieran a nuestro favor, y así pudimos clasificar”, sostuvo “el Tigana”.
En una de las acciones más claras de ese juego, Jorge “la Bomba” Villar sacó un potente remate que el portero Pedro Cubillo tuvo que lanzar al tiro de esquina con una espectacular tapada sobre 20 minutos, lo que pudo significar la esperanza para el cuadro emplumado.
Sin embargo, el marcador ya no se movería y los albos llegarían a la final con ese empate.
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