La última vez que Alianza pisó el terreno del Barraza fue para empatar con Águila por 2-2 y clasificarse a la final del torneo pasado. El actual campeón llegaba en otras condiciones, pero para la afición, esa espinita no se olvida.
Por ello, aunque Ramón Sánchez habló de un partido que tomarían como el resto, en el sentido de que al final un triunfo siempre vale tres puntos, lo cierto es que era el juego de la jornada, el de más condimento.
Y se notó desde el inicio, con dos planteles que le pusieron mucha intensidad, aunque les faltó un poquito de profundidad. Las delicias las hacían Álvaro Lizama, para los locales, y Juan Carlos Portillo, por los albos. Pero la técnica para quitarse a los rivales no bastaba para llevar peligro y, en muchas ocasiones, frenaba la rápida circulación del balón.
Tras unos primeros minutos de estudio, fue la visita la que tomó la iniciativa, con Portillo que se escapaba por izquierda, pero al borde del área lo bajó Valoyes (vio amarilla). Sobre el 13’ (uno después), Romero bajó a Zelaya, quien finalmente se fue lesionado (22’).
Se miraba mejor Alianza, y cerca estuvo Plaza con un cabezazo que se fue apenas desviado, sobre el 15’, tras un tiro libre. La fuerte marca de Águila parecía que les dejaría pronto con uno menos, pero debió ser en realidad Alianza el que sufriera la primera expulsión. Después de sendas amarillas de los dos Portillo de la visita, Garrido le dio un puñetazo a Muñoz en el área. Era el 25’, y con el balón en acción en otro lado. Debió ser roja directa y penal, pero quedó impune el cafetero, quien luego fue reconvenido por el central.
Las aguas se calmaron allá por el 30’, y fue momento para el juego de Águila. Comenzó a aparecer más Lizama no solo para proteger bien el balón o hacer fintas y deleitar con su técnica, sino para meter centros peligrosos, o desequilibrar en serio. Para entonces, probaron los locales con un remate de Muñoz (arriba) y un tiro de Torres (a las manos del arquero). Y al 36’, cerca estuvo Paz de anotar de volea, tras un cobro de tiro de esquina.
Para el complemento, la tónica siguió similar, con Águila con ligero dominio sobre un Alianza que a medida que pasaban los minutos se volvía más impreciso en la salida y casi que no tuvo llegada de nuevo.
Pese a ello, los locales tampoco presentaban armas para hacer la diferencia, y las intenciones eran poco claras. Un centro de Nico, cortado por la última línea al 55’, un tiro de Romel Mejía, desviado, tras un mal rechazo de Garrido, y un tiro libre de Muñoz, que pasó cerca de la meta alba, tras un ligero desvío de la defensa. Por la visita, apenas un tiro libre de Sosa que rechazó el arquero. La única emoción seria llegó al 77’, en un centro de Santos que mandó al fondo Muñoz, pero en posición adelantada bien señalada.
A falta de acciones buenas, lo que sí siguió aflorando fue el juego fuerte. Sosa y Torres se recetaron con los tachones, Deris le dejó un recuerdo a Rivera, y Flores, a Santos.
Al final, un empate que sabe mejor a Alianza, pese a la racha de no ganar que lleva desde la primera fecha, y es que Águila dejó ir la ocasión de quedar líder en solitario y de sacarse la bronca de vencer al que lo eliminó en semis.
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