UNOS TIENEN MÁS AÑOS, OTROS MÁS COPAS, NINGUNO TIENE MÁS GLORIA ☼ PRIMER CAMPEÓN NORCECA DE EL SALVADOR ☼ ÚNICO CAMPEÓN GRANDES DE CENTROAMÉRICA ☼ ÚNICO CAMPEÓN INVICTO EN NORTE CENTROAMÉRICA Y EL CARIBE ☼ DOCE VECES CAMPEÓN NACIONAL ☼ ALIANZA VIVIRÁS HASTA QUE SE APAGUE EL SOL

domingo, 1 de mayo de 2011

GRACIAS FITO


Un solo delantero de Alianza vale por todos los de Luis Ángel Firpo: Rodolfo Zelaya. El “22” albo salvó ayer a su equipo de quedar obligado a la remontada en el partido de vuelta de las semifinales del Clausura 2011 y con un gol le dio, prácticamente, medio boleto a los capitalinos al partido más importante del campeonato.

Poco o demasiado premio. Depende de la perspectiva con que se mire. Los paquidermos sufrieron para empatarle a un Firpo que llegó a la semis con cartel de víctima, pero a punto estuvo de dar una sorpresa como en el juego de ida de la semifinal del torneo pasado.

Porque Firpo volvió a rozar la sorpresa: cuando se asentó, se sacudió el dominio y se fue en ventaja; manejó y pudo haber marcado la sentencia, pero se cansó y pagó caro su falta de recambios.

Su falta de recambios y su falta de puntería. Firpo mantuvo su tendencia de no poder ganar fuera de Usulután y su sequía goleadora a un grado tan extremo que hasta desaprovechó un penalti que le pudo haber significado abrir el marcador y más tranquilidad para el trámite.

Los toros fueron un manojo de nervios al comenzar el partido. Hasta cinco malas entregas de balón tuvieron sus jugadores y solo la lentitud de los delanteros blancos para definir evitó que los albos se fueran en ventaja temprano en el juego.

La más peligrosa de todas: un pase hacia atrás de Eliseo Quintanilla que Fito interceptó y cedió a Carlos Ayala, quien enfiló a marco pero no disparó a tiempo y fue sorprendido por la pierna de Jorge Sánchez.

A puro susto, Firpo despertó en el juego. Tardó 20 minutos y cuando al fin Cheyo combinó con Jaime Alas, el toque del hermano menor de Dennis chocó con la mano de Marcelo Messías. Penalti.

De tener todo a favor –la cancha, la afición, los números, el dominio–, Alianza pasó a pender de un hilo. El club albo se maneja cómodo cuando tiene la ventaja en el marcador, pero las desventajas se le hacen eternas. Sin embargo, Henry Hernández quiso ser héroe y adivinó el lanzamiento de Cheyo, tapando el tiro y dejando las cosas, aparentemente, como ya estaban.

Empero, cambió el trámite del juego. La etiqueta de villano era demasiado grande como para que Quintanilla quisiera cargar con ella y, luego del fallo, quiso corregir su yerro en cada tiro libre que tuvo su equipo. Hasta en tres ocasiones obligó a Hernández a volar para desviar a tiro de esquina sendos disparos con dirección a gol.

Firpo se había acomodado en la cancha. El efecto fue que Alianza perdió revoluciones. Solo Fito presionaba a la defensa usuluteca, mientras que Odir perdió la conexión con Cristian Castillo y Carlos Ayala. Pese al empate 0-0, los albos sufrían.

Peor se pusieron las cosas para ellos justo al final del primer tiempo. La única vez que Cheyo dejó patear un tiro libre a Dennis Alas el resultado fue un rechazo de la barrera, un nuevo centro pampero y Quintanilla solo ante Hernández para, esta vez sí, batirlo por bajo, sobre el minuto 44.

Pero como toda acción lleva una reacción, Roberto “Toto” Gamarra, técnico albo, movió sus piezas en Alianza. Odir Flores y Héctor Salazar ahuecaron para que pudieran entrar Julio Martínez y Abraham Amaya. Más piernas blancas para intentar romper la misma cantidad de piernas firpenses. Algún momento se cansarían.

Pero antes de cansarse, los orientales todavía tuvieron chance para meter un susto más, cuando Jaime Alas metió un centro por izquierda y Fernando Leguizamón no le puso suficiente fuerza a su remate ante Henry Hernández, quien pudo contener en dos tiempos el esférico.

Ese fue el último aire que tuvo Firpo. Cepeda buscó los cambios, pero perdió con ellos. Jaime Alas, cansado, y Cheyo, tocado, debieron abandonar; sus reemplazos, Cristian Portillo y Víctor Merino, respectivamente, no mantuvieron el peso que los pamperos tenían.

Sucedió lo lógico: Alianza se volcó y comenzó la lluvia de centros. Tantos que al menos uno tendría que funcionar. El que lo hizo fue el que Herbert Sosa se sacó sobre el minuto 83 y que sorprendió a Manuel Salazar, que solo vio pasar por su espalda a Fito Zelaya, hambriento en busca del cabezazo y del gol. Se encontró con ambas y sentenció un empate que deja a los albos con un pie en la final.
LPG

No hay comentarios: