Es decir que a los albos le anotan un gol cada dos partidos. El que más se le acerca es el Águila, que tiene un récord de un gol recibido por juego en el torneo. Es decir, el doble.
Pero lo más destacable es que cuando el portero Dagoberto Portillo se ha parado bajo los tres palos, el balón no ha ingresado. Al Alianza sólo le hicieron goles cuando el suplente Cristian Polanco tuvo que atajar por una sanción de dos partidos del arquero estelar. Uno fue de penalti y los otros dos se los marcó el Nejapa en media hora de bajón futbolístico del equipo.
Si a esos 360 minutos le sumamos el partido y medio invicto que traía desde el torneo anterior, Portillo ya acumula 531 minutos sin recibir goles. En este torneo, las papeletas limpias del portero albo le han significado casi la mitad (cuatro de nueve) de los puntos que el Alianza tiene en la actualidad.
Es una contramarca que los albos han estrenado en el Clausura 2008 porque en el torneo anterior fue todo lo contrario. De hecho, en el Apertura 2007 el equipo recibió 28 goles, dos más de los que anotó y fue la tercera peor defensa de la liga. Incluso recibió dos goleadas a manos del Firpo y del Chalatenango. La sólida defensa no era su fuerte.
LOS CRÉDITOS
Pero a Portillo, el número no le preocupa mucha y asegura que es un mérito de todo el conjunto. “La clave ha sido estar bien concentrados en defensa durante todo el partido y el buen momento que vive la línea de contención que estamos formando con Navarro y Albarrán”, destacó el guardameta, quien no se olvidó de la presión que realizan los delanteros en el campo del rival. “Todos trabajamos.”
Además, Dagoberto confirma que han entendido la filosofía de la portería intacta que les ha inculcado el técnico argentino Pablo Centrone. “Hemos comprendido la importancia que tiene el cero en la portería. Así, si nos mantenemos intactos una jugada de peligro o dos pueden definir un partido. La seguridad del equipo comienza desde la solidez atrás”, explicó.
Para el portero albo hacer crecer la marca de minutos invicto no es su objetivo, al menos no el primordial. “En lo personal no estoy presionado. Estoy tranquilo, trabajando lo que me toca. Es más bien un aliciente tomando en cuenta todas las dificultades que ha tenido el equipo en esta temporada”, aseguró el arquero aliancista.
Por ahora, Portillo analiza al rival de mañana: el Firpo. “Convicción hay en mí y en los demás de que podemos volver a poner un cero en nuestra portería. Aunque el ataque del Firpo es de respetar, tienen un gran potencial, tienen nombre como (Patricio) Barroche y (Ramón) Ávila que te pueden definir un partido”, finalizó. / MARCELO BETANCOURT, EL GRÁFICO
Fuente: EG
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