EL GRAN CHANCE DE MILOS

Doce años después de llegar a El Salvador, Milos Miljanic podría ganar su primer título en el país.

Este Alianza es el equipo más talentoso de todos los que he dirigido en El Salvador. Es distinto a los demás.”

Lo más importante son los jugadores, que hacen importante la carrera de un técnico.”

Milos Miljanic llegó a El Salvador en febrero de 1997, recomendado por un compatriota, el serbio Milovan D'Joric, para hacerse cargo del Águila, al que llevó a una semifinal, en la que fue eliminado por Luis Ángel Firpo. No levantó el trofeo pero dejó estampada su imagen como un técnico por el cual, 12 años después, todavía siguen apostando los clubes criollos.

Águila, Firpo, San Salvador y ahora Alianza han sido los clubes salvadoreños que han estado bajo las órdenes de Milos, quien pese a nunca haber sido campeón en el país, no pierde la compostura y mantiene su semblante serio y sus ideas firmes respecto al papel que considera debe desempeñar un entrenador de fútbol.

“Tengo otros objetivos que jugar simplemente una final y ganar un título. El objetivo de un entrenador debe estar más lejos y tener más visión”, señala Milos, quien si bien no le hace tampoco mala cara a la posibilidad de ganar un título, también dice que “en el fútbol se vive del futuro y el presente, el pasado solo sirve para recordar lo que se ha hecho en la carrera”.

Y precisamente recuerdos de sus vivencias en el país es que Milos tiene varios. Por eso recuerda bien cómo llegó a San Miguel aquel febrero de 1997 y cómo una camada de jóvenes –Alex Amaya del Cid, Kilmar Jiménez, Roberto “Catalnica” Martínez, entre otros– acabó las cuatro vueltas de clasificación en primer lugar, solo para caer en semis ante Alianza.

“(Fuimos) campeones de copa pese a problemas de jugadores que estaban con la selección. Perdimos una semifinal contra Alianza por un pleito interno”, rememora Miljanic, quien se fue y regresó al nido en 1998, justo para llevarlos hasta otra semifinal, donde Firpo los dejó eliminados.

Por culpa de la guerra que azotó su país en 1999, Milos regresó a Serbia, donde estuvo dos años hasta que Luis Ángel Firpo confío en él para dirigir a otra generación que él mismo tilda de “talentosa”.

“Una buena generación: Misael Alfaro, Aarón Canjura, Celio Rodríguez, Rafael Barrientos. No tuve nada que ver como técnico”, asegura Milos, que perdió una final contra Alianza. Luego se marchó, regresó a los toros y volvió a perder otra final, esta vez ante San Salvador.

Ambas las recuerda. Porque ambas se fueron a tiempo extra y ambas las perdió en los últimos minutos del duelo. Recuerda entre risas –sí, Milos es serio pero también ríe– el tanto del albo Adonai Martínez en el minuto 120 del Apertura 2001, y los goles de José Martínez y Víctor Merino Dubón en el Clausura 2003.

Pero pese a eso, Milos no siente ninguna prisa o ansiedad por ganar un campeonato, no porque no lo quiera, sino porque, reitera, no es esa su filosofía. “Yo no quiero destacar porque no es algo que yo considere justo: las estrellas son los jugadores en la cancha. Un técnico debe ayudar, hacer un camino, pero los jugadores son más importantes”, enfatiza.

“Si nosotros somos capaces y lo merecemos, lo vamos a ganar; si no, tampoco vamos a llorar, sino que vamos a felicitar al contrario”, agrega Milos, el mismo que llegó a El Salvador hace 12 años. El mismo que podría convertir a Alianza en campeón.