SAN SALVADOR. El Alianza no encuentra la fórmula para hacer frente al Metapán. No sólo las estadísticas (tres derrotas consecutivas, incluida una final; apenas un gol en los últimos cuatro partidos) avalan la afirmación, sino lo que se ve en la cancha.
Porque este domingo, en la reedición de la última final, el Alianza no generó el fútbol que acostumbra, mostró falencias casi desconocidas atrás y, peor aún, fue goleado en su casa.
Fue un 1-4 en el mismísimo estadio Cuscatlán que por un lado se entiende como golpe de autoridad de los bicampeones nacionales, cuyos síntomas de recuperación son cada vez más palpables, y por otro genera dudas sobre la imagen de equipo poderoso que, por desempeño en la cancha y apoyo desde las gradas, se forjó el Alianza el torneo pasado.
Entre forzadas y voluntarias, ambos técnicos hicieron variantes significativas en sus equipos iniciales respecto a los demás partidos.
El técnico albo, Milos Miljanic, también entendió que a su equipo le faltó un organizador durante las primeras ocho fechas del certamen, por lo que envió de entrada a Josué Odir Flores, quien muestra cada vez mayores síntomas de recuperación.
Por el Metapán causó baja el lesionado Fidel Mondragón, quien fue sustituido por José Luis González; asimismo, Edwin Portillo recuperó a los volantes Paolo Suárez y Mario Posada, elementos importantes que tomaron los lugares de Óscar Jiménez y Cristian Bautista, respectivamente.
Ciertamente las variantes no cambiaron las ideas de juego de ninguna de las dos escuadras, pero el funcionamiento de las mismas sí que fue diferente, para bien en los caleros y para mal en los albos.
Y es que el Alianza, como en casi todos sus partidos, era el que tenía más la pelota, pero esta vez no había buena conexión con sus hombres ofensivos. La apuesta de Miljanic no funcionaba porque los jugadores que debían generar el fútbol no estaban acertados.
Caso contrario era el del Metapán, cuya velocidad en los contragolpes lo convertía en el equipo más peligroso en el campo. Cinco minutos les bastaron a los caleros para demostrarlo, primero con un centro desde la derecha para Léster Blanco, quien se acomodó con la pierna, se dio media vuelta y sacó un disparo de volea que contuvo un bien ubicado Henry Hernández, y luego con una gran combinación entre Blanco y Anel Canales, quien disparó cruzado desde la izquierda y de nuevo encontró al meta Hernández en buena posición.
OPORTUNOAunque ya no la pasaba tan mal como al inicio, la zaga blanca seguía teniendo problemas ante las llegadas del conjunto rival, sobre todo en el juego aéreo, con rechazos poco efectivos que acabaron en oportunidades de anotar para los
El primero de esos errores llegó al 28’, cuando Marcelo Messias dejó en el borde del área su rechazo de cabeza, justo para la llegada de Mario Posada, cuyo tiro de pierna derecha se fue desviado del marco. Poco después fue Léster Blanco quien falló tras un mal rechazo de Mauricio Quintanilla.
Quien no falló fue Paolo Suárez, en una jugada que curiosamente se generó desde un saque de puerta del portero calero José Luis González al minuto 45. Marcelo Messías buscó un balón aéreo ante Anel Canales, pero este rebotó hacia atrás y Christian Castillo rechazó hacia el centro, justo a la ubicación de Paolo Suárez, quien tomó el balón en el aire y de volea venció a Henry Hernández; con el golazo del uruguayo y el desconcierto albo acabó el primer tiempo.
Para el complemento, Miljanic removió a Flores y Martínez para dar paso a Abraham Amaya y Herberth Sosa, dos jugadores que funcionaron mejor en su idea; sin embargo, pese a la mejoría de los blancos, el gol del empate seguía viéndose lejano.
Tuvo que llegar una jugada desafortunada de José Luis González para que los locales lograran la igualada. Al 66’, Rudis Corrales sacó un disparo colocado que el meta calero logró atajar mediante una gran estirada, pero por la inercia del movimiento al intentar pararse, le dejó la pelota con el pie a Christian Castillo, quien puso el 1-1 tras un par de amagues con los que desconcertó al portero.
GOLEADA
El empate parecía regresar todo a la normalidad para los albos; pero en dicha normalidad se encierra el incómodo hecho de no poder vencer al conjunto calero, por lo que los de Miljanic siguieron lanzados al ataque. Y lo pagaron caro.
Apenas tres minutos después de lograr el empate, los albos se encontraron con un nuevo contragolpe a velocidad que acabó con un centro desde la derecha de Andrés Flores, que nuevamente se encontró Paolo Suárez, quien se anticipó a su marcador y con un toque sutil de pierna derecha venció por segunda vez a Henry Hernández.
El doblete del charrúa fue apenas el inicio de la impensada pesadilla para el Alianza, que al minuto 80, luego de incluso salvarse en dos ocasiones previas, recibió el tercer tanto. Este llevó la firma de Léster Blanco, quien se anticipó de cabeza a los zagueros tras el cobro de tiro libre de Umaña para dejar sin reacción a Hernández.
Y tras este tanto, la tapa al pomo la puso Anel Canales, nuevamente asistido por Umaña, pero esta vez al borde del área, con todo servido para apuntar y colocar el balón pegado al poste derecho del meta aliancista, concretando la que fue en igual medida una paliza y una lección de equilibrio para los albos, que ahora son quintos por diferencia de goles
El Gráfico
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