Antes del juego era duda pero terminó jugando los 90 minutos contra Firpo. En la semana, el volante Hérbert Sosa enfermó de gastroenteritis y estuvo internado unas horas en un centro hospitalario. El domingo, al medio tiempo, confesó que no tenía muchas fuerzas por la deshidratación. Pero estar con Alianza en una nueva final lo ha reconfortado, confesó.
En la cancha, (la salud) me quería pasar factura pero sabía que me jugaba el pase a la final y me tuve que aguantar. Estaba un poco agotado pero valió la pena luchar, aunque hoy (ayer) necesité de suero para hidratarme", contó a EDH.
Sosa es, sin dudas, el comodín del "Toto". En la semifinal de ida alineó de extremo derecho; el domingo alternó de volante diez y luego de marcador central.
"El profesor Gamarra ha confiado en mí para tres puestos distintos en la cancha. Si ayudo a mis compañeros, eso me basta", agregó Sosa.
A su criterio, la final es un auténtico desafío: "Por más que FAS haya pasado por problemas, en estas instancias se crece. Pero Alianza tiene una gran motivación: no siempre se llega a dos finales seguidas y cuando se viene de perder una la obligación es ganarla para darle satisfacción a una gran afición como la nuestra."
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