Alvaro Misael Alfaro, quien defendió la portería de Alianza en varias ocasiones, dice lo que siente por homenaje rendido a ex astros albos
Recordar es volver a vivir, pero lo más importante es reconocerlo en vida a quien en verdad te nace demostrárselo. El domingo pasado, me toco ser testigo de un gran ejemplo de afecto de parte de la Ultra Blanca a sus emblemas Héctor López y William Chachagua, quienes no sólo fueron figuras del Alianza, sino grandes personas y seres humanos que dejaron títulos y huellas imborrables.
Que lindo sería copiar ese gesto de solidaridad y agradecimiento por parte no sólo de las barras de los equipos, sino de todo un país y juntas directivas en memoria de aquellos que se nos adelantaron y a los que en vida podemos devolverles una alegría.
Digo en vida porque cuando alguien nos deja hay quienes ni se acercan a dar el pésame y hablan cosas bonitas del difunto.
Sinceramente, ese detallazo quedará en la retina de muchos y se llevará por siempre en los corazones de todos aquellos que vieron jugar a “Chachagüita” y “Lopito”, como cariñosamente se les llamaba en sus tiempos de la “Orquesta Alba”.
Ellos crecieron en una institución donde se sacrificaban aún con atrasos salariales en tiempos del Dr. Rodríguez, quien a veces lidiaba a solas con la institución blanca. Se dejaba de lado lo económico por amor a los colores.
Hombres y jugadores ejemplos que siempre estarán en los corazones blancos por esas tardes de gloria de la “Orquesta Alba”.
“El torneo Apertura 2011 me gustó porque fue de menos a más, viéndose mejores y dramáticos duelos.”
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