SAN SALVADOR. El Alianza ganaba cómodo 2-0 faltando 20 minutos para el final, pero el UES no bajó la lucha y empató 2-2 con goles de Carballo. Si hay justicia en este empate digno que consiguió el UES ante el Alianza con marcador de 2-2, pensamos que esa justicia la fabricó el cuadro estudiantil en el primer tiempo, cuando se fue al descanso con igualada a cero luego de realizar una gran faena, en la que fue rival de respeto.
Justamente por esa capacidad desplegada en esos primeros 45 minutos, es que el partido fue de una intensidad inusual en el presente campeonato.
Fue un primer tiempo intenso porque ni el Alianza ni el UES se guardaron nada en materia ofensiva., dejando una agradable sensación, a pesar de la falta de gol, que hubiera sido la cereza en el pastel del primer periodo.
El Alianza, con su ya conocido sistema de 4-4-2, ganó salida a través de sus volantes centrales y los laterales. Y otra vez fueron las apariciones de René Alvarado, Herbert Sosa y Héctor Salazar desdoblados hacia el ataque para apoyar al brasileño José Oliveira y al criollo Rodolfo Zelaya en la punta del ataque.
Pero esta vez, pese al reiterado ensayo aliancista de salir jugando y arribar con bastante buen panorama a zona de remate, el cuadro paquidermo se encontró con un UES ordenado en su última línea, tapando todos los espacios para impedir que el Alianza llegara al gol.
A partir de esa firmeza defensiva, el conjunto escarlata tuvo el fútbol necesario para tener su propia respuesta en la función ofensiva. Fue el gran trabajo de los laterales Ladislao Nerio y Ramiro Carballo, dos ex aliancistas, lo que le dio al conjunto universitario una cara de decisión para arriesgar arriba, y el resto lo complementó el tranco de Eder Renderos y el show aparte de Edwin Sánchez.
En algunos momentos, el cuadro escarlata complicó al Alianza en su zona defensiva, a tal punto que las mejores opciones de gol en ese primer tiempo las puso el cuadro estudiantil.
LAS EXPULSIONES
Sobre el minuto 32 se filtró Edwin Sánchez a toda la velocidad, y el defensor albo Marcelo Messías no tuvo más remedio que golpearlo en la cara para detenerlo. Consecuencia: Marcelo Messías vio la tarjeta roja.
Hasta ahí la ventaja numérica era para el UES, pero el volante escarlata Manuel Luna vino a reclamarle airadamente al brasileño nacionalizado salvadoreño y también se ganó la tarjeta roja, por lo que ambos equipos se quedaron con 10 hombres.
¿Fue otro partido a partir de ahí? Nos parece que no, porque la intensidad del encuentro y la gran apuesta en ataque de los universitarios no decayeron.
Porque Ramiro Carballo siguió metiendo centros, y el chaparrito Edwin Sánchez continuó siendo el gran dolor de cabeza para los zagueros albos.
Ese 0-0 con que se cerró la primera etapa pareció inquietar al entrenador serbio Milos Miljanic, el técnico del Alianza, porque de entrada hizo dos cambios en su alineación antes de iniciar el segundo tiempo. Hizo ingresar a Raúl Renderos por René Alvarado, y a Abraham Amaya por Cristian Castillo. Y algo pasó en el Alianza.
Porque comenzó la segunda etapa con mayor desborde por las puntas. Abraham Amaya se entendía bien con Rodolfo Zelaya por la izquierda, y Raúl Renderos limpiaba el lateral derecho con apariciones constantes en el ataque albo.
Como consecuencia de ellos, la defensa universitaria comenzó a ser vulnerada, pues ya no tenía la firmeza del inicio ni tampoco la salida.
Por eso llegaron los goles albos. El 1-0 sobre los 56 minutos, cuando Fito Zelaya se llevó la marca de Rodrigo Martínez, y este tuvo que derribarlo en el área para el tiro de penalti.
Lo cobró el mismo Zelaya. Pero lo de Alianza no terminó ahí, pues sobre los 68 minutos, Fito Zelaya volvió a aparecer arrastrando marcas otra vez por la izquierda, y clavó el 2-0 que le daban al Alianza toda la tranquilidad del mundo para manejar los 20 y tantos minutos que le quedaban al partido y alcanzar el liderato de la tabla de posiciones, tomando en cuenta la derrota del Isidro Metapán frente al Once Municipal, el sábado.
NO PUDO
Más allá de la voluntad que mantuvo la Universidad Nacional en esos últimos minutos, cabe mencionar que el Alianza fue un equipo que se complicó posteriormente y no fue capaz de manejar la diferencia de dos goles que había conseguido. Para buscar el resultado, que a esas alturas parecía un milagro, Rubén Alonso, el técnico escarlata, recurrió al banco.
El charrúa hizo ingresar a Gabriel Garcete por Edwin Sánchez y a Héctor Morales por Óscar Navarro. Al principio pareció un error técnico sustituir a Edwin Sánchez por lo que pesaba para la zaga alba, pero al final, por lo que sucedió después, los cambios de Rubén Alonso resultaron más que acertados.
¿Por qué? Porque sobre los 78 minutos, con el UES insistiendo por todos los frentes del ataque, el delantero paraguayo Gabriel Garcete fue derribado en el área aliancista y el árbitro Ángel Mario Cálix decretó el tiro de penalti.
Lo ejecutó Ramiro Carballo, con potencia, para poner las cosas 1-2 y acercar al conjunto escarlata al milagro de la tarde.
Al final del encuentro, un grupo de aficionados albos increparon al técnico Milos Miljanic por los cambios realizados.
Según nuestro juicio, los primeros dos realizados al iniciar la segunda etapa estuvieron bien.
Acaso haya un reparo aceptable de los aficionados por el ingreso de Juan Lazo Cruz en reemplazo de Fito Zelaya.
No lo vemos así, porque el Alianza ganaba 2-1 y ya sólo quedaban seis minutos para el final; de manera que no era nada raro que, ante el empuje universitario, el técnico albo decidiera sacrificar a un delantero por un volante de marca.
El problema fue que los jugadores albos comenzaron a cometer errores en los relevos defensivos, y por ahí llegó el UES para igualar el “score” con otro penalti de Ramiro Carballo.
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