Carlos García Cantarero, el técnico español de Alianza, se para en medio de dos caminos a la hora de analizar el clásico ibérico que comprende la competencia entre Real Madrid y Barcelona, los equipos más mediáticos de la Liga de aquel país..
Por una parte, se muestra sorprendido por la intensidad que toma ese partido de parte de los aficionados salvadoreños. Pero también asegura que le resulta chocante el volumen de interés que toma el clásico en los países donde ha trabajado “al otro lado del océano”, como él dice.
García Cantarero se autodenomina “el embajador del clásico español” porque aclaró que en su país no se habla de cómo se vive el choque entre Real Madrid y Barcelona en otras naciones, sobre todo en América. “En Panamá, país donde trabajé en el fútbol, también se vive con intensidad el fútbol español. Me toca ser un embajador para explicar en mi país que la Liga española también tiene la misma intensidad en otros países”, apuntó el míster albo.
Precavido
García Cantarero no se atrevió a afirmar que la Liga española es la mejor del mundo, pero aclaró que es la más atractiva. “La liga inglesa es competitiva porque allí hay menos sorpresas en cuanto a equipos. En el fútbol español, a todo el mundo le cuesta ganar, aunque ahora al Barcelona le cuesta menos”, dijo.
En cuanto a favoritos para ganar el clásico, el timonel de los paquidermos no optó por ninguna de las dos opciones. Pero al técnico de los albos le gustaría que el conjunto merengue gane mañana el juego más importante de la Liga española para que el cierre sea más apasionante. “Si el Madrid gana, le daría un cariz impresionante a la última etapa de esta Liga”, dijo el estratega.
Si los merengues ganan el choque, quedarán a un punto del plantel catalán a falta de cuatro jornadas para la disputa por el cetro del certamen.
García Cantarero dirigió al Atlético de Madrid, equipo al que le entregó su corazón de hincha. También estuvo a cargo del Elche. Con ese modesto equipo disputó un partido de un torneo amistoso ante el FC Barcelona. Explicó que en ese compromiso, el plantel catalán hizo debutar al brasileño Ronaldinho, quien después sería una de las principales arma del cuadro culé.
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