SAN SALVADOR. José Orlando Martínez anotó en dos ocasiones al FAS en el estadio Óscar Quiteño, en el juego que los tigrillos ganaron 3-2. Lo que llamo la atención fue la forma en que festejó: se llevó su mano derecha al pecho, como si estuviera cantando el himno nacional.El gesto tiene explicación: "Lo único que no toleré es que esa persona que está en el estadio de FAS animando el encuentro, que dice las alineaciones, dijo que no se iba a tocar el himno por la barra del Alianza, que eran ignorantes que le cambiaban las notas al himno", dijo Chepe.
Y agregó: "Él no era el responsable de decir ese tipo de palabras, y por eso quise celebrar en honor a la afición de Alianza, celebrando el gol cantando el himno. Es lamentable que se dirija como mareros, ignorantes, que cambian las notas del himno. Si bien es cierto, a lo mejor hay un irrespeto en el himno nacional, creo que no era la manera ni el lugar. No me gustó y por eso celebré así".
Chepe dijo que algunas personas lo relacionaron con la selección nacional, pero aclaró que no era un mensaje para la azul y blanco.
La afición del Alianza fue poca en el Quiteño. "Ellos reaccionaron, pero no hubo demasiado eco en Santa Ana. Si esas mismas palabras las dice aquí en el Cusca, con toda nuestra afición, yo creo que hubiera sucedido otra cosa diferente", comentó el ariete blanco.
DERROTA, PERO BIEN
Más allá de los dimes y diretes ocasionados por este caso, el ariete aliancista vive un momento agridulce: metió dos goles, pero su equipo no levanta cabeza. Al delantero, que acumula cuatro tantos en los que va del torneo, le habría caído muy bien la victoria. "Yo tenía ese sabor de decir que gracias a Dios había marcado goles para mi equipo y ganarle al FAS en su cancha. Por eso iba a ser mucho más agradable. Pero cuando se anotan dos goles y se pierde, no hay satisfacción".
Lo positivo del encuentro fue, a su juicio, la voluntad y la actitud del Alianza, aunque resultó "doloroso' que al final el esfuerzo que se hizo no fue suficiente para traer la satisfacción de al menos un punto.
Chepe atribuye las fallas del equipo capitalino a la ventaja numérica que el FAS tuvo luego de la expulsión del zaguero Jonathan Barrios, al minuto 60. "Fue una jugada que quedó a criterio del árbitro y no fue culpa del jugador. Ahí inició la contundencia que el FAS demostró al final del partido."
Martínez evalúa la decisión como mala, diciendo que las imagenes televisivas muestran que la pelota no toca la mano de Barrios, por lo que recibió la segunda amarilla. Para él, esa acción marcó la diferencia en el juego.
Ante el Águila, siguiente rival que enfrentarán el viernes, cree que deberán "tratar de irle poniendo el último toque al campeonato. El Águila no debe resurgir con nosotros. Andan un poco caídos, pero en cualquier momento se paran".
Eso no quiere decir que abandone las esperanzas de las semifinales: "Si los números te dan opción todavía, no podés darte por eliminado." / ERNESTO ARTEAGA, EL GRÁFICO
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