El Grafico
19 Sep 2008
La añeja rivalidad de casi 50 años inició el siglo descubriendo al último goleador de raza que pasó por las filas emplumadas, cuando el brasileño Mauro Nunes debutó en el torneo Clausura 2001 marcándole dos goles precisamente a los albos, en un partido en que pasó desapercibido la mayor parte del encuentro y que definió en los últimos 15 minutos con sus primeros goles —de muchos— en el país.
Quedaba abierta la rivalidad en el nuevo siglo, para seguir añadiendo encuentros dignos de recordarse. Remontadas, suspensiones, polémicas y todos esos ingredientes que solo el clásico de las mayorías —el que involucra a los dos equipos con más aficionados en el país— puede concentrar.
Un par de torneos después, para el Clausura 2003, cuando el campeonato se encontraba aún calentando, los albos visitaron San Miguel y consiguieron una victoria más que especial, no solo por el hecho de haber vencido al rival odiado en su propia cancha, sino porque —cinco años después— esa sigue siendo la última vez que los capitalinos pudieron salir con los tres puntos de oriente.
Fue gracias a un gol de Adonai Martínez, cuando el juego casi expiraba, sobre minuto 87, que los albos pudieron quedarse con esa única victoria en este nuevo siglo en territorio migueleño.
La afrenta sería cobrada poco tiempo después en una de las remontadas más disfrutadas por los negronaranja en los últimos años.
Para el Apertura 2003, el Flor Blanca acogió el encuentro apenas en la segunda jornada. El choque era ganado por los albos hasta que entró el brasileño Nildenson Silva de Mello, quien primero provocó la expulsión del uruguayo Luis Espíndola y después se terminó de lucir con dos anotaciones que le dieron la victoria a los negronaranja.
Estaba ahí el morbo que siempre han tenido Águila y Alianza entre sí, revalidando esa condición de que sus partidos siempre son de los más esperados en cualquier torneo.
Si la victoria aliancista en San Miguel y la aguilucha en San Salvador mantuvieron encendida la llama de la rivalidad, el juego de la jornada 2 del Clausura 2004 la terminó de avivar.
Águila había comenzado el torneo de forma convincente batiendo al Isidro Metapán 3-0, además de jactarse ellos mismos de haber vencido durante su pretemporada para el torneo a la mismísima selección de Dinamarca.
Pero ese 1.º de febrero no hubo daneses que valieran. Un Alianza que había robado un punto del Óscar Quiteño ante FAS se paró y asestó un 4-1 humillante a su rival emplumado, que cayó en paranoia y que también sufriría ese torneo otra goleada de escándalo: la propinada por FAS 1-7 en el mismo Juan Francisco Barraza.
Venidos a menos
Sin embargo, los choques entre aguiluchos y emplumados fueron perdiendo protagonismo en los siguientes torneos, al grado incluso de que en el Apertura 2004, ambos se enfrentaron en la 18.º jornada, y lo que debería haber sido un choque directo de equipos interesados en semifinales terminó como un partido de puro trámite, con un insípido 1-1.
Con la única excepción de la goleada 4-1 a favor emplumado en el Clausura 2005, el clásico más recordado de los últimos tiempos fue el que se disputó el 4 de marzo de 2006.
Esa noche, el arquero de los blancos, Didier Ovono, tapó cuanto tiro le hicieron los orientales, hasta que la afición migueleña comenzó a arrojar objetos sobre la cancha, obligando a la suspensión del partido, ganando los puntos los albos en la mesa. Y hasta entonces, no ha habido otro clásico que finalice con ese elemento extra. Habrá que ver qué pasa mañana.>Última blanca en oriente
El 8 de febrero de 2003, gracias a un gol de tiro libre de Adonai Martínez, los albos salieron por última vez con tres puntos en la bolsa de San Miguel. Desde entonces, la Perla de Oriente es territorio prohibido para los capitalinos. Los demás han sido empates.
Jugando en el Flor Blanca, Alianza ganaba 1-0 hasta que el brasileño “Nenei” entró y provocó la expulsión de un zaguero aliancista. Luego anotó los dos goles que sirvieron a los emplumados para remontar el encuentro, apenas en la segunda jornada del torneo.
Águila se pavoneó al regresar de su pretemporada de haber vencido a la selección mayor de Dinamarca. Sin embargo, cuando el Clausura 2004 se puso en marcha, los aliancistas le bajaron los humos con una goleada de cantina (4-1) en el Flor Blanca.
Águila había tenido el control del partido y la mayor cantidad de oportunidades de peligro. Empero, Didier Ovono no había podido ser vencido. La barra emplumada arrojó objetos a la cancha, se suspendió el partido y Alianza se quedó con los tres puntos en la mesa.
El torneo pasado, en la jornada 15, Águila venía de tres derrotas seguidas mientras que los albos podían salvarse definitivamente de descender o de disputar el repechaje. Los capitalinos se quedaron con los tres puntos, cerrando su pesadilla y aumentando la negronaranja.
Fuente: LPG
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