Los albos corta ron el maleficio y superaron 1-0 al Juventud Independiente
SAN JUAN OPICO. Con un gol de Ramón Sánchez, el Alianza le ganó 1-0 al Juventud Independiente que dirige papá Ramón.
Sin llegar a jugar un gran partido, el Alianza logró frenar las muchas fechas sin saborerar un triunfo, al vencer de visita al Juventud Independiente 1-0 y recomponer de esa manera un poco su situación en la tabla.
Mientras tanto, el cuadro de San Juan Opico sumó su tercera derrota consecutiva y se metió de lleno entre los cuatro equipos que están padeciendo la grave amenaza del descenso.
El conjunto paquidermo volvió a recurrir a su línea de cuatro en el fondo, sólo que esta vez con la variante que incluía a Juliano Rangel formando la pareja de zagueros centrales con Edwin Martínez, para que los costados los cubrieran Luis Anaya, por derecha, y Rolando Torres , por izquierda.
Y con esa formación, el Alianza comenzó por solidificar su fondo, cubrir terreno a sus espaldas y mantener controlado el ataque de los locales opicanos.
La línea de volantes albos se mantuvo intacta, con Óscar Jiménez y Ramón Sanchez como recuperadores, sólo que Ramón carga con la función extra de provocar salida desde el medio campo. Por la derecha Héctor Salazar y por la izquierda Cristian Castillo.
Con esa base de arranque, el conjunto albo pudo desplegar un llamativo funcionamiento ofensivo, sobre todo cuando Castillo supo ventilar bien por su banda y logró algunas conexiones con los hombres en punta, el brasileño Sandro Zamboni y el nacional Rodolfo Zelaya.
POCA CLARIDAD
A pesar de la disposición con que salió el Alianza a la cancha, agarrados de la mano y con el deseo de seguir unidos a lo largo de los 90 minutos, fue poca la conjunción que logró cuando se hizo de la pelota.
Héctor Salazar abría el frente de ataque por la derecha, y casi siempre era el receptor de los envíos de los volantes centrales o de Luis Anaya; por la izquierda Cristian Castillo hacía lo mismo, sólo que con mayor velocidad y mejor dominio.
Pero todas esas maniobras terminaban en el centro a la olla que dejaban el resto de posibilidades en las piernas de Rodolfo Zelaya o en la cabeza del brasileño Sandro Zamboni.
La conclusión de la maniobra alba era el control de los zagueros opicanos, sobre todo del central Luis Pérez o de los cierres de William Escobar y de Rafael Tobar. Era difícil dominar, girar y poner en aprietos al arquero Fidel Mondragón.
MÁS DE LO MISMO
Así pasó gran parte del partido, con el Alianza dejando una impresión de que podía pero que al final el Juventud Independiente no lo dejaba, y a su vez ensayaba bastante sobre el terreno albo cada vez que ganaba la pelota y Carlos Escalante con Pablo César Rodríguez intentaban hilvanar rumbo a la meta que defendía Francisco Portillo.
De esa manera, la monotonía cundió por un buen rato porque la pelota venía de un arco al otro pero sin que ninguno de los contendientes fabricara una opción clara de gol, o que al menos sacara un disparo explosivo. En suma, el primer tiempo acabó sin que los arqueros Mondragón y Portillo la pasaran difícil.
EL GOL Y NADA MÁS
El segundo tiempo mostró al Juventud Independiente más decidido a pasar al frente y hostigar con mayor profundidad el fondo del Alianza.
Y entonces se vio a la línea de zagueros opicano cerrando más las espaldas de los volantes, más juntos Luis Perla y Enrique Rodríguez de Paulo César y Escalante, buscando por donde penetrar y dándole mayor trabajo a los hombres del fondo albo.
Pero otra vez no hubo claridad porque toda la gestión del cuadro local finalizaba en el pelotazo que controlaban muy bien Luis Anaya y Juliano Rangel, ambos con buena faena.
Y de nuevo, como en la primera etapa, la réplica del Alianza que otra vez ponía el partido sin dueño para nadie. Porque con el paso de los minutos los dos equipos volvieron a equilibrar el trámite del partido y a insinuar posibilidades en ambas área, aunque sin asegurar la opción de gol.
Y, por consiguiente, el partido entró otra vez en propuestas parecidas, en la sensación de que cualquiera podía encontrar el error del rival y liquidar el encuentro por raro que se viera.
Y ese equipo fue el Alianza, que fue a cobrar un tiro de esquina por la izquierda, lo cobró Cristian Castillo y apareció en el primer palo la cabeza de Ramón Sánchez para el 1-0 albo.
AHORA A DEFENDER
El gol del Alianza cayó sobre los 64 minutos, y a partir de entonces, con 26 minutos por jugar, el Alianza se perfiló para defender la ventaja y para buscar ampliarla a travez del contraataque elaborado dede el fondo.
De manera que tras la postura alba el Juventud Independiente tomó la iniciativa y mayor control del partido, y se volcó sobre el arco de Portillo. El técnico albo sacó a un volante por un defensor para cuidar su espalda, y por ello el final del partido encontró al Juventud Independiente buscando el empate. ROBERTO ÁGUILA / EL GRÁFICO
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Alianza no cederá a sus jugadores
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Sangre, sudor y llanto
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Mientras tanto, el cuadro de San Juan Opico sumó su tercera derrota consecutiva y se metió de lleno entre los cuatro equipos que están padeciendo la grave amenaza del descenso.
El conjunto paquidermo volvió a recurrir a su línea de cuatro en el fondo, sólo que esta vez con la variante que incluía a Juliano Rangel formando la pareja de zagueros centrales con Edwin Martínez, para que los costados los cubrieran Luis Anaya, por derecha, y Rolando Torres , por izquierda.
Y con esa formación, el Alianza comenzó por solidificar su fondo, cubrir terreno a sus espaldas y mantener controlado el ataque de los locales opicanos.
La línea de volantes albos se mantuvo intacta, con Óscar Jiménez y Ramón Sanchez como recuperadores, sólo que Ramón carga con la función extra de provocar salida desde el medio campo. Por la derecha Héctor Salazar y por la izquierda Cristian Castillo.
Con esa base de arranque, el conjunto albo pudo desplegar un llamativo funcionamiento ofensivo, sobre todo cuando Castillo supo ventilar bien por su banda y logró algunas conexiones con los hombres en punta, el brasileño Sandro Zamboni y el nacional Rodolfo Zelaya.
POCA CLARIDAD
A pesar de la disposición con que salió el Alianza a la cancha, agarrados de la mano y con el deseo de seguir unidos a lo largo de los 90 minutos, fue poca la conjunción que logró cuando se hizo de la pelota.
Héctor Salazar abría el frente de ataque por la derecha, y casi siempre era el receptor de los envíos de los volantes centrales o de Luis Anaya; por la izquierda Cristian Castillo hacía lo mismo, sólo que con mayor velocidad y mejor dominio.
Pero todas esas maniobras terminaban en el centro a la olla que dejaban el resto de posibilidades en las piernas de Rodolfo Zelaya o en la cabeza del brasileño Sandro Zamboni.
La conclusión de la maniobra alba era el control de los zagueros opicanos, sobre todo del central Luis Pérez o de los cierres de William Escobar y de Rafael Tobar. Era difícil dominar, girar y poner en aprietos al arquero Fidel Mondragón.
MÁS DE LO MISMO
Así pasó gran parte del partido, con el Alianza dejando una impresión de que podía pero que al final el Juventud Independiente no lo dejaba, y a su vez ensayaba bastante sobre el terreno albo cada vez que ganaba la pelota y Carlos Escalante con Pablo César Rodríguez intentaban hilvanar rumbo a la meta que defendía Francisco Portillo.
De esa manera, la monotonía cundió por un buen rato porque la pelota venía de un arco al otro pero sin que ninguno de los contendientes fabricara una opción clara de gol, o que al menos sacara un disparo explosivo. En suma, el primer tiempo acabó sin que los arqueros Mondragón y Portillo la pasaran difícil.
EL GOL Y NADA MÁS
El segundo tiempo mostró al Juventud Independiente más decidido a pasar al frente y hostigar con mayor profundidad el fondo del Alianza.
Y entonces se vio a la línea de zagueros opicano cerrando más las espaldas de los volantes, más juntos Luis Perla y Enrique Rodríguez de Paulo César y Escalante, buscando por donde penetrar y dándole mayor trabajo a los hombres del fondo albo.
Pero otra vez no hubo claridad porque toda la gestión del cuadro local finalizaba en el pelotazo que controlaban muy bien Luis Anaya y Juliano Rangel, ambos con buena faena.
Y de nuevo, como en la primera etapa, la réplica del Alianza que otra vez ponía el partido sin dueño para nadie. Porque con el paso de los minutos los dos equipos volvieron a equilibrar el trámite del partido y a insinuar posibilidades en ambas área, aunque sin asegurar la opción de gol.
Y, por consiguiente, el partido entró otra vez en propuestas parecidas, en la sensación de que cualquiera podía encontrar el error del rival y liquidar el encuentro por raro que se viera.
Y ese equipo fue el Alianza, que fue a cobrar un tiro de esquina por la izquierda, lo cobró Cristian Castillo y apareció en el primer palo la cabeza de Ramón Sánchez para el 1-0 albo.
AHORA A DEFENDER
El gol del Alianza cayó sobre los 64 minutos, y a partir de entonces, con 26 minutos por jugar, el Alianza se perfiló para defender la ventaja y para buscar ampliarla a travez del contraataque elaborado dede el fondo.
De manera que tras la postura alba el Juventud Independiente tomó la iniciativa y mayor control del partido, y se volcó sobre el arco de Portillo. El técnico albo sacó a un volante por un defensor para cuidar su espalda, y por ello el final del partido encontró al Juventud Independiente buscando el empate. ROBERTO ÁGUILA / EL GRÁFICO
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El hijo le ganó al papá
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Condenados a no ganar
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