Lizandro Pohl
A Lisandro Pohl aún le quedan dos años más de gestión al frente del equipo albo. Ya logró una corona y reconoce que ese detalle le ha quitado cualquier presión en su labor presidencial. Ahora, después de sentarse a conversar para asegurar la continuidad del técnico argentino Roberto Gamarra, empezará a ver junto al estratega lo que viene en la Liga de Campeones de la CONCACAF, donde Alianza y Metapán serán los representantes salvadoreños.
Después de siete años de espera, ¿qué opinión tiene de la corona alcanzada por Alianza el domingo anterior ante FAS?
Siento que, la verdad, hemos logrado nuestro primer campeonato después de cumplir nuestros primeros tres años de gestión. Nosotros teníamos varios objetivos cuando iniciamos esta aventura. Obviamente el primero era armar el equipo, darle estabilidad al plantel. El otro era hacer un papel digno en un torneo regional. Esos son los objetivos que nos habíamos propuesto. Hemos logrado el paso a la “Concachampions”. Ahora viene hacer un papel digno en este torneo.
¿Cómo manejó los momentos de crisis en Alianza, porque aunque se diga que no, sí los hubo en este plantel que administra desde 2008?
En realidad fue difícil, pero por el lado de la decepción que uno mismo siente de no poderle dar esa satisfacción y alegría a la gran afición. Si lo vemos por las críticas que recibimos, básicamente fueron promovidas por medios de comunicación o periodistas, ex figuras o directivos que se quedaron a criticar, por los motivos que hayan tenido. Pero de parte de la afición –sobre todo de la Ultra Blanca, que es la que representa el espíritu y el alma de la barra de Alianza– siempre me apoyaron. Fueron parte importante en la confianza que yo fui adquiriendo para ir trabajando con tranquilidad a pesar de todas estas voces opositoras. El trabajo lo fuimos haciendo desde un principio. Yo tenía la visión de lo que quería para Alianza: un equipo con jugadores talentosos y jóvenes, que fueran desarrollando una idea de juego propia de un equipo como Alianza, que está acostumbrado a un buen fútbol. En este momento de los jugadores que yo heredé solo Rafael Burgos y Jonathan Barrios quedan.
¿Hubo bastantes momentos difíciles en Alianza?
A veces molesta oír ciertos comentarios de gente que no viene al caso. Quizá uno de los que más me molestó fue uno de Salvador Mariona, ex presidente de Alianza, en una entrevista que precisamente tú le hiciste. Pero él no dijo porqué en los años que fue presidente de Alianza no logró nada. Sus jugadores se fueron a huelga (como presidente de Alianza) porque no les pagaban. Ahora aparece como presidente de la asociación de futbolistas queriendo reivindicar los derechos de sus representados, que cuando fue presidente no lo cumplió. Esos comentarios molestan porque lo único que hacen es confundir a la gente. En lo único que se nos podía achacar era en los resultados deportivos, pero en cuanto a la organización y administración, nadie hablaba.
Usted dijo que la presión en Alianza era tremenda. ¿Bajó un poco luego de haber conseguido el título en el Clausura 2011?
Con este campeonato la presión desapareció. La presión te viene por la grandeza de un club. Esa presión es la que vos mismo te pones por darle logros a la afición. Allá en la fiesta del equipo, en la plaza Salvador del Mundo, un montón de aficionados llegó a pedirme perdón, eran los que decían que no. Creo yo que cuando lo hacían era por la frustración de todo lo que venía en un equipo tan grande como Alianza y no ganaba.
¿Hasta dónde interviene en el trabajo de los entrenadores como directivo?
Es la misma en todos. La diferencia es el carácter y la seguridad que cada técnico tiene como para aceptar las observaciones que un presidente hace. Yo nunca impongo nada, pero sí me gusta platicar y cuestionar las cosas que a ti te puedan parecer no correctas. Eso va a hacer así y no lo voy a cambiar nunca. Con el profesor Milos Miljanic existía esa confianza, que nunca malinterpretó ni lo vio mal. Ahora siento que el profesor Gamarra es más seguro en eso, pero también escucha. Y eso es lo bueno, que a uno lo escucha porque uno no habla burradas, porque ha ganado conocimiento de tantos años de estar metido en esto. Al profesor Milos le quiero reconocer públicamente porque fue quien nos vino a poner sentido a esa visión que teníamos nosotros. Él fue quien le dio una dirección fija al equipo.
¿Entonces con Miljanic es con quien se marca una diferencia al respecto de las gestiones técnicas anteriores como Nelson Ancheta, Pablo Centrone, Carlos Jurado y Carlos Cantarero?
Sí, definitivamente. Pienso que la capacidad del profesor Milos era otra cosa, una visión mucha más grande, una idea de juego mucho más moderna, bien claros los conceptos de lo que quería hacer. No quiero menospreciar a los antecesores porque todos tienen sus logros y méritos y algo aportaron. Pero con Milos teníamos la misma filosofía y visión, y él sí la entendió. Hoy es más fácil porque el profesor Gamarra ha venido a hacerse cargo de un equipo armado. El profesor Gamarra le ha metido a los jugadores que no solo es jugar bonito, sino que ganar.
Usted habló de que uno de sus grandes proyectos es hacer un buen papel en el torneo de clubes de la CONCACAF. ¿Ya tiene un plan de trabajo para este certamen regional?
En la etapa de la “Concachampions” te vas a enfrentar a equipos no solo con mucho mayor rodaje que los de acá, sino que con mayores presupuestos que los tuyos. Entonces, eso ya te pone en una situación bien difícil. La única forma de ir superando eso es a través de la competencia, estar participando en estos torneos para ir agarrando todo este rodaje que mis jugadores en este momento no lo tienen. Eso no quiere decir que no se vaya a hacer un buen papel, pero para eso hay que saber hacer una buena planificación.
¿Alianza puede partirse en dos para hacerle frente al torneo local y al regional al mismo tiempo?
No es que te partás en dos, es que debés tener una plantilla lo suficientemente competitiva para poder llevar los dos torneos paralelos, y eso es parte de la planificación que ya vamos a tener que hacer una vez que finiquitemos la situación contractual del técnico para planificar qué es lo que necesita este plantel.
¿Cómo se cataloga como dirigente que ha estado en Chalatenango, Firpo y Águila, rival acérrimo de Alianza?
Primero fui directivo de Águila, que ayudaba con mis aportaciones porque soy de San Miguel, y eso todo mundo lo sabe. Cuando me hice responsable de Águila logramos el campeonato, que por cierto es el último que tiene el equipo. En Firpo mi paso fue más transitorio. Yo nunca fui Firpo. Entré porque en ese momento había recomendado al técnico. En el caso de Chalatenango, hicimos un trabajo bien bonito. Ellos estaban con muchos problemas económicos y los jugadores no querían empezar pretemporada porque no les habían cancelado y la gente de Chalate vino a buscarme. Hicimos un año muy bonito allí. Ese equipo estuvo en manos de Agustín “Chochera” Castillo en cuatro torneos y nunca logró nada y le dieron todo. Pero ahora con Alianza es otra dimensión. Estar en Alianza es otra cosa y esto no lo voy a cambiar nunca más. El día que me retire de Alianza, me voy del fútbol.
Pero en cierto momento recibió críticas de aficionados albos porque había estado en Águila....
Después de que yo tuve el acercamiento con ellos, se calmaron. Me dieron apoyo y fue lo que más fortaleza me dio para seguir.
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