Los albos iniciaron temprano la renovación de su plantel. ¿Pero alcanzará para levantar a un equipo con poca paciencia para los grandes proyectos?
La pretemporada rumbo al próximo torneo de la liga mayor del fútbol salvadoreño, bajo el contexto de ventas, fichajes y partidos amistosos, inició temprano para el Alianza.
No ha pasado una semana tras la final del Clausura 2012, y ya incorporó al arquero Miguel Montes, a Rudy Valencia y sólo requiere una firma para sumar al contención Elder Figueroa. Ya antes había oficializado a su nuevo director técnico, Ramiro Cepeda, tras su paso por el fútbol guatemalteco.
La expectativa por el rendimiento del Alianza en el siguiente circuito es, como siempre, intensa. Su directiva ha respondido pronto con un plan definido, mas no tiene garantías que este entusiasmo dé los frutos esperados. En los últimos años, el equipo más popular de la capital ha iniciado con energía y optimismo muchos proyectos que acaban quebrándose cuando aparecieron rachas de malos resultados; y cada plan se ha visto opacado por la improvisación.
La pregunta, entonces, no apunta a cuál será el balance final del Alianza en el torneo Apertura 2012, que iniciará en el mes de julio, sino cuánto durará la paciencia del entorno albo en caso que el equipo atraviese un periodo de resultados adversos.
Esta inestabilidad no depende de quién esté en el banquillo ni qué jugadores formen el plantel.
En toda su historia, el Alianza ha respetado pocas veces sus procesos, agobiado por la presión de ser protagonista, por la enorme afición que lo acompaña y los constantes cambios de personal y de estilos de juego.
Tales circunstancias no descalifican a un Alianza que cuenta siempre con muy buenos jugadores y cuerpos técnicos capaces.
En medio de su caos, los albos han tenido campañas con picos altos de rendimiento, como su sensacional campeonato Apertura 2011, hace apenas un año. Sin embargo, estas rachas de excelencia son la excepción, no la regla, para una institución que no siempre supo valorar su enorme potencial deportivo y comercial.
El Alianza enfrenta una nueva pretemporada con la ilusión de siempre y la enorme expectativa de su afición.
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