NO SE AGUANTA LA MARA PORQUE RUEDE LA NUMERO CINCO
Viernes 29 de Mayo, 2009
SAN SALVADOR. Los boletos para ver el partido eliminatorio entre El Salvador y México del próximo sábado 6 de junio se agotaron el mnismo día en el que fueron puestos a la venta, no sin antes registrarse incidentes en algunos puestos de venta.
Rodrigo Calvo, presidente de la Comisión Normalizadora, confirmó que los boletos se agotaron. “Ya no hay boletos disponibles, la cantidad de boletos para el aforo del Cuscatlán es menor a la demanda; llegó un promedio de 70 mil aficionados en todos los centros de venta de Digicel buscando una entrada y eso supera en creces a los casi 30 mil boletos a la venta. Seguimos en reunión permanente todos los involucrados en la logística del juego. Se dará a conocer en su momento un informe preliminar de la venta”, señaló Calvo.
Mientras, Carlos Olano, director de ventas de Digicel, confirmó que Sersaprosa, la agencia de seguridad contratada para distribuir el boletaje a nivel nacional y resguardar el dinero recaudado de la venta, dará un informe final el próximo lunes, por lo que un informe detallado de las ventas alcanzadas se dará a conocer hasta el martes próximo en un comunicado oficial.
A las 7:30 p.m. se vendió la última entrada, en la taquilla del estadio Cuscatlán, lugar al que fueron llevados los boletos que no se vendieron en las sucursales de la empresa Digicel que cerraron sus puertas al verse desbordadas por la cantidad de aficionados que llegaron a sus instalaciones.
En un principio, esta empresa de telefonía vendería las entradas en 11 de sus sucursales, pero por la mañana se dieron incidentes que impidieron el normal flujo de personas y la venta de las entradas.
DESORDEN
El más grave se dio en la sucursal de Metrocentro, donde cerca de dos mil aficionados llegaron desde temprano con la esperanza de hacerse de un boleto. Una fila muy larga de aficionados, que a ratos se empujaban con mucha fuerza, era el panorama que reinaba a las afueras del establecimiento. Los empleados del lugar se quedaron cortos para controlar a la multitud que exigía que abrieran la puerta.
A las 9:30 a.m.. Reynaldo Ortiz, de Sersaprosa, llegó al lugar con los boletos que serían vendidos: mil 500 de sol general, 200 de tribuna, 30 de sombra y 850 para sol preferente.
Diez minutos más tarde, los empleados del local hicieron ingresar a cinco aficionados para que compraran sus boletos, la venta había sido abierta. Irving Vides, de 18 años, llegó muy temprano desde San Marcos y fue el primero en hacerse de sus boletos.
“Vine a las 4:00 a.m., pero los vigilantes me deajaron entrar hasta las seis; esto es todo un desorden, debieron haber puesto seguridad para que la gente no se amontonara”, dijo.
El aficionado se refería a la aglomeración de fanáticos en la única entrada del local, donde el orden se perdió, los gritos comenzaron a ensordecer y los golpes sobre las paredes de vidrio del local eran cada vez con más intensidad.
Al principio, se dispuso que los compradores entraran de cinco en cinco, pero luego de tres tandas, un grupo entró a la fuerza, por lo que los empleados del lugar decidieron cerrar el acceso.
Sin embargo, esto enfureció a los que hacían cola desde temprano, quienes empezaron a empujar la puerta y las paredes de vidrio del local.
Elsa de Najarro, empleada del lugar, al ver la presión de los aficionados enfurecidos porque se había suspendido la venta de boletos, sufrió una crisis de nervios y tuvo que ser trasladada a un centro asistencial.
Así se mantuvo la situación hasta que llegaron miembros de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de la PNC, quienes se limitaron a observar, hasta que se quebró uno de los ventanales; entonces, contuvieron a la multitud que no presentó resistencia.
“No es posible que le hagan esto a la afición, lo que están logrando es que todos les demos la espalda”, señaló Manuel Osorio, de Cuscatancingo
AL ESTADIO
A las 11:00 a.m., el incidente en Metrocentro dejó como saldo el cristal roto y muchos aficionados preguntándose qué pasaría con esas entradas.
Minutos más tarde se reunieron personeros de la Comisión, quienes decidieron llevarse los boletos a la taquilla del estadio Cuscatlán, donde se suponía serían vendidos a partir de las 3:00 p.m. en las 14 ventanillas del estadio.
Rodrigo Calvo dijo que 3 mil 292 boletos serían puestos a disposición en el estadio, aunque no detalló cuántos eran de cada sector.
Muchos de los aficionados llegaron al Coloso antes del mediodía esperando adquirir sus entradas, pero las taquillas se abrieron hasta las 6:00 p.m. y ante la presencia de buen número de agentes policiales.
Hora y media después se anunció que se habían agotado, con lo que se cerró un día de mucho caos para adquirir las entradas al partido.
“Vinimos desde temprano y nos fuimos con las manos vacías; algunos hasta podemos perder el trabajo”, aseguró el aficionado Daniel Rodríguez. SAMUEL MARTELL / EL GRÁFICO
Rodrigo Calvo, presidente de la Comisión Normalizadora, confirmó que los boletos se agotaron. “Ya no hay boletos disponibles, la cantidad de boletos para el aforo del Cuscatlán es menor a la demanda; llegó un promedio de 70 mil aficionados en todos los centros de venta de Digicel buscando una entrada y eso supera en creces a los casi 30 mil boletos a la venta. Seguimos en reunión permanente todos los involucrados en la logística del juego. Se dará a conocer en su momento un informe preliminar de la venta”, señaló Calvo.
Mientras, Carlos Olano, director de ventas de Digicel, confirmó que Sersaprosa, la agencia de seguridad contratada para distribuir el boletaje a nivel nacional y resguardar el dinero recaudado de la venta, dará un informe final el próximo lunes, por lo que un informe detallado de las ventas alcanzadas se dará a conocer hasta el martes próximo en un comunicado oficial.
A las 7:30 p.m. se vendió la última entrada, en la taquilla del estadio Cuscatlán, lugar al que fueron llevados los boletos que no se vendieron en las sucursales de la empresa Digicel que cerraron sus puertas al verse desbordadas por la cantidad de aficionados que llegaron a sus instalaciones.
En un principio, esta empresa de telefonía vendería las entradas en 11 de sus sucursales, pero por la mañana se dieron incidentes que impidieron el normal flujo de personas y la venta de las entradas.
DESORDEN
El más grave se dio en la sucursal de Metrocentro, donde cerca de dos mil aficionados llegaron desde temprano con la esperanza de hacerse de un boleto. Una fila muy larga de aficionados, que a ratos se empujaban con mucha fuerza, era el panorama que reinaba a las afueras del establecimiento. Los empleados del lugar se quedaron cortos para controlar a la multitud que exigía que abrieran la puerta.
A las 9:30 a.m.. Reynaldo Ortiz, de Sersaprosa, llegó al lugar con los boletos que serían vendidos: mil 500 de sol general, 200 de tribuna, 30 de sombra y 850 para sol preferente.
Diez minutos más tarde, los empleados del local hicieron ingresar a cinco aficionados para que compraran sus boletos, la venta había sido abierta. Irving Vides, de 18 años, llegó muy temprano desde San Marcos y fue el primero en hacerse de sus boletos.
“Vine a las 4:00 a.m., pero los vigilantes me deajaron entrar hasta las seis; esto es todo un desorden, debieron haber puesto seguridad para que la gente no se amontonara”, dijo.
El aficionado se refería a la aglomeración de fanáticos en la única entrada del local, donde el orden se perdió, los gritos comenzaron a ensordecer y los golpes sobre las paredes de vidrio del local eran cada vez con más intensidad.
Al principio, se dispuso que los compradores entraran de cinco en cinco, pero luego de tres tandas, un grupo entró a la fuerza, por lo que los empleados del lugar decidieron cerrar el acceso.
Sin embargo, esto enfureció a los que hacían cola desde temprano, quienes empezaron a empujar la puerta y las paredes de vidrio del local.
Elsa de Najarro, empleada del lugar, al ver la presión de los aficionados enfurecidos porque se había suspendido la venta de boletos, sufrió una crisis de nervios y tuvo que ser trasladada a un centro asistencial.
Así se mantuvo la situación hasta que llegaron miembros de la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de la PNC, quienes se limitaron a observar, hasta que se quebró uno de los ventanales; entonces, contuvieron a la multitud que no presentó resistencia.
“No es posible que le hagan esto a la afición, lo que están logrando es que todos les demos la espalda”, señaló Manuel Osorio, de Cuscatancingo
AL ESTADIO
A las 11:00 a.m., el incidente en Metrocentro dejó como saldo el cristal roto y muchos aficionados preguntándose qué pasaría con esas entradas.
Minutos más tarde se reunieron personeros de la Comisión, quienes decidieron llevarse los boletos a la taquilla del estadio Cuscatlán, donde se suponía serían vendidos a partir de las 3:00 p.m. en las 14 ventanillas del estadio.
Rodrigo Calvo dijo que 3 mil 292 boletos serían puestos a disposición en el estadio, aunque no detalló cuántos eran de cada sector.
Muchos de los aficionados llegaron al Coloso antes del mediodía esperando adquirir sus entradas, pero las taquillas se abrieron hasta las 6:00 p.m. y ante la presencia de buen número de agentes policiales.
Hora y media después se anunció que se habían agotado, con lo que se cerró un día de mucho caos para adquirir las entradas al partido.
“Vinimos desde temprano y nos fuimos con las manos vacías; algunos hasta podemos perder el trabajo”, aseguró el aficionado Daniel Rodríguez. SAMUEL MARTELL / EL GRÁFICO
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