Desde días antes, el tema entre los compatriotas era el juego del sábado ante Jamaica, y ayer lo vivieron desde que se levantaron.
La camiseta azul y blanca, las banderas, las binchas y los gorros no faltaban entre los guanacos, que aprovecharon que era sábado para "calentar como se debía".
En las afueras del estadio, desde tempranas horas llegaron a preparar el ambiente. Carnita asada, cervezas, música de los Hermanos Flores, entre otros, fueron los ingredientes que le pusieron los compatriotas que discutían como tema principal de sus pláticas la final entre Firpo y Metapán, mientras que otros, en son de broma, discutían en que el Barcelona -reciente ganador de la Liga de Campeones- era mejor que el Real Madrid, ya que un connacional llevaba puesta una camiseta blanca. Otros lucían las del Alianza, de Firpo, de FAS.
A esto se agregó la venta de elásticas cuscatlecas (a 25 dólares), mientras que otros llegaron al estadio con las banderas en sus automóviles desde lugares retirados, unos desde Carolina del Norte, otros de Richmond. Algunos viajaron alrededor de cuatro horas desde Nueva York.
En los graderíos, desde que abrieron las puertas del estadio (a las 5:30 de la tarde de Washington), los nacionales comenzaron la fiesta con cánticos, bombos, silbidos, gritos. La infaltable "ola" y ondear las banderas de El Salvador y del FMLN. Un ambiente que solo acá en Estados Unidos se vive con esa intensidad, porque los compatriotas ansían tener algo de lo que tenemos en nuestro país, y qué mejor que ver a la Selecta, su Selección, en el buen momento por el que pasa.
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