VARINIA ESCALANTE TWITTER: @VSKALANT
Domingo, 12 de Febrero de 2012
SANTA ANA. La noche del sábado, Alianza siguió en ese camino tan irregular que vive en el torneo. Volvió a caer, esta vez ante FAS (3-0) y de visita, y llegó a cinco partidos traducidos en tropiezos, de ocho disputados (solo dos triunfos y un empate).
En el Quiteño apareció con su tercer técnico en el banquillo. Juan Ramón Paredes llegó "al rescate" albo, pero el debut de su tercer periodo con los capitalinos terminó negro.
Y además la afición blanca cumplió su palabra de no acompañar al equipo a Santa Ana por los disturbios protagonizados en el choque ante Águila por la fecha siete. Y, en efecto, lo dejó solo.
Más que palabras y respuestas hubo mucho silencio en el plantel. Caras largas, serias y frustradas abundaron al final del encuentro.
Casi nadie quiso dar la cara. El único que habló fue Herbert Sosa, quien llegó de recambio en el complemento (63'), por René Alvarado.
El volante consideró que el equipo no bajó los brazos, pero que la derrota fue inevitable: "No importa el marcador, perdimos; igual hubiéramos perdido por uno a cero igual perdíamos. Los tres puntos se quedaron acá (Santa Ana), así es que hay que dejar eso atrás, solo nos toca seguir trabajando y salir de esto".
Además brevemente mencionó el mal momento que Alianza atraviesa. "Creo que el bache por el que está pasando Alianza hay que tratar de dejarlo atrás y mirar hacia adelante. Alianza es un equipo grande y también puede levantarse", sostuvo.
Sosa no desmereció el triunfo de FAS y mencionó que lo que sucedió "son cosas del fútbol, sin quitarle ningún mérito a FAS. Es cierto, es uno de los mejores equipos de acá del redondo nacional y pues nos tocó perder", consideró.
El resto del plantel optó por abandonar rápido la cancha y no dar más declaraciones. Al salir de los camerinos, los jugadores pasaron de largo y prefirieron guardar silencio.
El capitán Edwin Martínez y el delantero Nelson Bonilla se excusaron rápido por no querer hablar.
"No, no puedo", "No, me van a regañar", argumentaron. Ambos, junto al resto del equipo, subieron rápido al microbús que los esperaba en el Quiteño.
Al paso también el técnico Juan Ramón Paredes caminó rápido y ante las preguntas de los periodistas prefirió guardar silencio.
La crisis blanca sigue y están a un partido para cerrar una primera vuelta complicada.
Domingo, 12 de Febrero de 2012
SANTA ANA. La noche del sábado, Alianza siguió en ese camino tan irregular que vive en el torneo. Volvió a caer, esta vez ante FAS (3-0) y de visita, y llegó a cinco partidos traducidos en tropiezos, de ocho disputados (solo dos triunfos y un empate).
En el Quiteño apareció con su tercer técnico en el banquillo. Juan Ramón Paredes llegó "al rescate" albo, pero el debut de su tercer periodo con los capitalinos terminó negro.
Y además la afición blanca cumplió su palabra de no acompañar al equipo a Santa Ana por los disturbios protagonizados en el choque ante Águila por la fecha siete. Y, en efecto, lo dejó solo.
Más que palabras y respuestas hubo mucho silencio en el plantel. Caras largas, serias y frustradas abundaron al final del encuentro.
Casi nadie quiso dar la cara. El único que habló fue Herbert Sosa, quien llegó de recambio en el complemento (63'), por René Alvarado.
El volante consideró que el equipo no bajó los brazos, pero que la derrota fue inevitable: "No importa el marcador, perdimos; igual hubiéramos perdido por uno a cero igual perdíamos. Los tres puntos se quedaron acá (Santa Ana), así es que hay que dejar eso atrás, solo nos toca seguir trabajando y salir de esto".
Además brevemente mencionó el mal momento que Alianza atraviesa. "Creo que el bache por el que está pasando Alianza hay que tratar de dejarlo atrás y mirar hacia adelante. Alianza es un equipo grande y también puede levantarse", sostuvo.
Sosa no desmereció el triunfo de FAS y mencionó que lo que sucedió "son cosas del fútbol, sin quitarle ningún mérito a FAS. Es cierto, es uno de los mejores equipos de acá del redondo nacional y pues nos tocó perder", consideró.
El resto del plantel optó por abandonar rápido la cancha y no dar más declaraciones. Al salir de los camerinos, los jugadores pasaron de largo y prefirieron guardar silencio.
El capitán Edwin Martínez y el delantero Nelson Bonilla se excusaron rápido por no querer hablar.
"No, no puedo", "No, me van a regañar", argumentaron. Ambos, junto al resto del equipo, subieron rápido al microbús que los esperaba en el Quiteño.
Al paso también el técnico Juan Ramón Paredes caminó rápido y ante las preguntas de los periodistas prefirió guardar silencio.
La crisis blanca sigue y están a un partido para cerrar una primera vuelta complicada.
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