Para el pobre y el rico. El de la capital y los de occidente y oriente. La única religión que no tiene ateos irá a culto esta noche. Porque en El Salvadorno se nace con una gallina o una torta de pan bajo el brazo. Se nace con una pelota y un deseo en el corazón: ganarle a México en el fútbol.
Ninguna victoria sabe mejor y ninguna derrota sabe peor para los cuscatlecos que ante los aztecas y hoy los caminos vuelven a cruzarse para ambos países en un partido malinterpretado como guerra cuando de lo que en realidad se trata es de pasión. El partido de la gente.
Hoy, en el estadio Cuscatlán no solo jugarán los 11 vestidos de azul. También los harán los 29,772 que compraron su boleto en la taquilla normal o el mercado negro y 11 vestidos de verde, en la segunda jornada de la tercera fase de la eliminatoria de la CONCACAF al mundial Brasil 2014.
Ya sea que los hayan comprado en el tiempo normal de la venta o en la reventa que ayer ponía a $30 el sol general que, originalmente, valía $12; o a $250 la platea que valía $75, habrá 29,772 gargantas gritando en las gradas del “Coloso de Monserrat” y unos cuántos millones siguiéndolo por televisión, internet o como sea.
Tres años después de la última visita del “Tri” al Cuscatlán, los mexicanos regresan a territorio salvadoreño y nuevamente lo hacen en medio de un ambiente pesado y cargado de rivalidad por parte de la afición cuscatleca.
Los que estén en el estadio tendrán la oportunidad de ver si El Salvador derrota por tercera vez en eliminatorias mundialistas a México, como ya lo hizo en 1993 y 2009, o si los aztecas se llevan los tres puntos, como en 1997. Lo que debe cuidar el aficionado salvadoreño, eso sí, es no arrojar objetos a la cancha para no poner en peligro la localía de la Azul para futuros encuentros de la eliminatoria. Además, suficiente espectáculo habrá sobre la cancha.
El juego
Los onces titulares que enviará cada entrenador a la cancha son un enigma hasta el momento, por mucho que haya suposiciones, que las hablan todos pero que solo conocen Ruben Israel y Manuel de la Torre.
México llega de ganar sin contundencia. El Salvador, de rescatar un empate ilusionante de visita. Mientras ellos se baten en el Cuscatlán, Costa Rica visitará Guyana y luego habrá que esperar hasta septiembre para otra doble jornada de encuentros eliminatorios.
La duda en “el Tri” reside en la titularidad de Pablo Barrera y en la colocación de Jorge Torres Nilo como lateral izquierdo. Mientras que en El Salvador, la pregunta vuelve a ser si jugará o no desde el inicio Eliseo Quintanilla, no solo el mejor jugador salvadoreño de los últimos tiempos, sino también el anotador del tanto del triunfo contra los norteamericanos en 2009.
Ruge el Cuscatlán y ruge El Salvador. México está en el lugar que menos le gusta visitar en Centroamérica –según lo han dicho varios periodistas aztecas los últimos días– y esta noche tiene cita con el monstruo azul. Lo espera la Azul, los pupilos de Ruben Israel, que tampoco olvidan el 5-0 de la Copa de Oro de hace un año y que hoy no jugarán solos como esa ocasión. Esta vez serán 11 más siete millones. Hoy jugamos todos. Hoy juega El Salvador.
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