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miércoles, 27 de febrero de 2008

GRACIAS A LOS MONIGOTES LLAMADOS ARBITROS

ISAAC ZELAYA
YA ME QUEDE CON TRAUMA DE IR A MARCAR

Se puso sincero y dijo que tras su paso a Alianza decidió pegar menos. Pero 
cree que los árbitros se han quedado con la imagen de aquel Isaac Zelaya que iba con todo sobre la marca del rival cuando jugaba para Firpo. Dice que le incomoda ver otros partidos del fútbol nacional donde hay entradas fortísimas y los árbitros solo amonestan verbalmente a los infractores.

¿Cómo se ve en esta situación en la que le toca jugar un partido sí y un partido no?

Es difícil. Esto de que me expulsen tan seguido no me había pasado en ningún torneo. No sé si estoy fallando en algo. Para mí las dos expulsiones han sido injustificadas. Pero, sean justificadas o no, al que perjudican es a Alianza. Por allí lo que queda es reflexionar si es uno el que está fallando o los árbitros. La primera amarilla en Nejapa —en el juego del domingo pasado— fue sin razón alguna. Quizá me la mostró porque después de que el réferi pitó le di un toque suave a la pelota. Creo que el árbitro actuó muy rigorista. La segunda tarjeta amarilla sí creo que yo me la gané.

¿Hasta dónde cree que perjudica al equipo con sus expulsiones de forma continua?

Uno no deja de pensar en eso, pero cae en el error de meter el pie con mucha fuerza. A veces uno no cree que le van a sacar amarilla por una cosa que hace, pero quiérase o no, eso perjudica al equipo. Hay que mejorar en eso. Hay que buscar la forma de que no se cometan faltas de forma tonta, pero los árbitros también deberían ser más conscientes. Ahora, yo quedo con ese trauma de ir a marcar con miedo pensando que el árbitro me va a mostrar amarilla.

Entonces, ¿cree que los árbitros están siendo drásticos con usted?

Es como si a uno lo tuvieran marcado, porque así fue la expulsión contra San Salvador. Cometí dos faltas y cada una me costó tarjeta amarilla, y fueron las únicas dos faltas que hice en 65 minutos. A veces yo veo otros partidos en los que los equipos cometen faltas más fuertes y no pasa nada. Solo hay amonestación verbal.

¿Por lo que dice, se puede pensar que los árbitros son injustos?

No es que sean injustos. Lo que pasa es que ellos son humanos y se equivocan. Uno está consciente de eso, pero con estas equivocaciones lo perjudican a uno y a Alianza. Los árbitros se equivocan en momentos que no deben hacerlo. Por ahora, Alianza no es está para darse el lujo de tener jugadores expulsados.

¿Cree que es un jugador que se excede en el contacto físico con el rival?

A veces a uno le pasa eso, pero es por el mismo calor del juego. En este equipo —Alianza— es donde menos he pegado. Antes pegaba más y ahora me he calmado. Lo que pasa es que los árbitros no analizan si un jugador se ha calmado, es decir, si pega menos. Pero a comparación de como yo era antes, he mejorado en esa situación. Lo que pasa es que los réferis se han quedado con como yo era antes. En los árbitros queda el recuerdo de que uno solo va a pegar, y no es así.
¿Por qué decidió pegar menos?

Los entrenadores que tuve antes me han dicho que en eso estaba fallando —en el juego brusco—. Antes marcaba sin pensar y me iba con todo sobre el jugador. Ahora, pienso dos veces en la forma de ir a marcar. Eso es lo que yo pienso que me ha ayudado. Cuando estaba en Luis Ángel Firpo me sacaban tarjeta amarilla todo el tiempo. Eso me ayudó a reflexionar para ir a buscar la pelota y no a pegar. Acá, los árbitros pitan falta cunado uno medio va a marcar por la espalda. Por ahora uno queda con el trauma de que en la siguiente entrada que va a hacer le van a mostrar tarjeta amarilla.
Entonces, ¿cree que los árbitros deben ser más permisivos en el fútbol nacional?

Pues como digo, hay entradas que sí pueden dejarlas pasar. A veces solo son jugadas de fuerza, pero allí queda a criterio de los árbitros.

¿No le preocupa perder la titularidad con tantas expulsiones?

Claro. A cualquiera le preocupa eso. Pero hay que ver en la forma en que lo expulsan a uno. Son circunstancias del partido. Lo que uno tiene que hacer es trabajar como lo ha venido haciendo para demostrarle al profesor que sí quiere estar allí.

Fuente: LPG

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