El que vuela es Alianza
Alianza sigue hablando fuerte. Una semana después de barrer a FAS, ayer se quitó siete años sin ganar en San Miguel y derrotó 0-2 a Águila, con goles de Mauricio Quintanilla y Abraham Amaya. El gane le sirve para alcanzar ocho puntos y subir al segundo lugar de la tabla de posiciones.
Imágenes del partido Alianza - Águila
Y sí. Fueron siete años. Alianza volvió a ganar en San Miguel, y ratificó que la goleada que hace una semana le infligió a FAS no fue casualidad. Ayer fue el turno de Águila para caer ante los albos, que ahora tienen ocho puntos y se subieron a la segunda casilla de la tabla de posiciones, esa que ahora la tienen ganada por méritos propios. Buenos aires soplan para la capital.
Porque este Alianza ha conseguido lo que hace tiempos no conseguía ninguno de todos los inventos que sufrió el club blanco. No solo es segundo de la tabla, sino que gusta en la cancha: tiene orden, aguante y anota cuando debe hacerlo. Hace una semana hizo cuatro; ayer le bastó con dos. Así mató su fantasma del Juan Francisco Barraza.
Aunque se suponía sería un partido intenso, el estado de la cancha trabó las acciones en su primera mitad, con un Águila que apostó por Nelson Reyes en lugar del sancionado Patricio Barroche, y perdió velocidad; y un Alianza que apostó por Cristian Castillo en lugar de Abraham Amaya, y que fue más vertical.
Ambos equipos fueron imprecisos en los primeros minutos del encuentro, y no parecía que uno fuera pleno dominante sobre el otro. Pese a eso, las primeras oportunidades para abrir el marcador fueron emplumadas, en un tiro de Rudis Corrales que rechazó Rafa Fuentes, y en un zurdazo de Reyes que se fue sobre la portería blanca.
Águila no daba la impresión de solidez que le otorgaban los siete puntos de las primeras tres jornadas. En cambio Alianza apretó bien sus líneas y no solo dificultó el traslado de la pelota en el local, sino que por poquitos fue ganando espacios sobre el área negronaranja hasta que logró un tiro de esquina al '20.
El fruto de este fue un centro en el que Mauricio Quintanilla se adelantó a Ramón Sánchez en el salto y metió un cabezazo potente que nadie en el estadio vio dónde cayó hasta que ya estaba en el fondo de la red. Alianza se iba arriba 1-0 y comenzaba a espantar el fantasma de los siete años sin ganas en San Miguel.
El tanto fue un mazazo psicológico para los emplumados, que si habían tenido un traslado difícil de la pelota cuando el juego estaba empatado, se vieron incómodos con la desventaja en el marcador. Sus jugadores empezaron a correr más, pero la pelota no se movía a la misma velocidad y por eso el empate no parecía ni siquiera cerca de llegar.
Consciente de que sus pupilos no encontraban la manera de superar a un rival mucho más ordenado, el guatemalteco Carlos Mijangos optó por darle paso a Jonathan Águila por Antero, pero ni así pudo botar el muro aliancista.
Las oportunidades se siguieron produciendo para los orientales. Rudis se inventó una media vuelta dentro del área que pasó cerca del poste, y luego Rafa Fuentes le achicó un pase filtrado dentro del área. Se acercaba Águila, pero a la contra los albos casi matan el encuentro en una corrida de Herbert Sosa, que pecó de egoísta y optó por tirar a meta antes que pasar la pelota a tres compañeros que solo tenían que empujar el esférico. El remate chocó en Alfredo Pacheco y salió desviado.
Sin embargo, no importó que esa ocasión no entrara. Abraham Amaya anotaría otra cuando el partido ya estaba en sus segundos finales: conectó con un centro de Julio Martínez y anotó el segundo gol albo de la noche, el gol que significó el 2-0 en la pizarra y el bofetazo final para un Águila que se quedó corto a la hora de demostrar por qué se supone que es candidato al título.
Se encontró un equipo mejor que ellos y que puja por recuperar su grandeza: Alianza.
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