Será como en los viejos tiempos, cuando un choque Universidad-Alianza desataba pasiones, rivalidad extrema que viven desde su primer enfrentamiento en 1963. La afición de los albos dio cátedra el domingo de cómo se apoya un equipo, a pesar de que venían de la mofa de dos derrotas consecutivas con el marcador de 3-0. Para el juego de hoy, contra la UES, se espera una marcha que saldrá desde el estadio Jorge González hasta el Complejo Universitario. Pasión total.
Seguramente, los académicos gozarán de una buena taquilla al final del juego. Pero la mayor motivación para Rubén Alonso y compañía es que su campo no ha sido profanado. En este torneo, el benjamín ha sumado diez de los once puntos que registra en la clasificación. Si no ha despegado es porque ha concedido cuatro empates.
Alianza, por su parte, es un visitante irregular. De no ser por su victoria a domicilio en el Barraza (fecha 4) y dos empates, ha mostrado que tiene pies de barro en suelo extraño, al caer tres veces.
Pero la confianza ha vuelto en el equipo de Milos Miljanic, después del baile que le dio al Águila, olvidando por un momento que no contaba con su goleador Rodolfo Zelaya. Este jugador será la novedad, después de superar un castigo de dos partidos por no atender una convocatoria con la Selección. A él se suma el volante Christian Castillo, suspendido hace dos fechas por una tarjeta roja.
Por el antecedente de la primera vuelta, Alianza no puede esperar un paseo de campo. Tras gozar de una ventaja parcial de dos goles, concedió un empate tras un doblete de Ramiro Carballo, un jugador que hasta hace tres campañas vestía de blanco. En los escarlatas hay cuatro jugadores más que tienen un pasado albo: Rafael Burgos, Luis Anaya, Óscar Navarro y Pablo Hernández. Alianza tiene a dos "tránsfugas" universitarios (Wílbert Reyes y Douglas Batres).
Este juego abrirá la jornada 14. ¿Habrá goles en la Universidad?
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