La directiva del Alianza entendió que parte del éxito deportivo es la continuidad del entrenador y del plantel, y dejarlos trabajar a gusto.
El Alianza es sinónimo de bonanza en estos momentos. Sin temor a equivocarme, el Atlético Marte recaudará esta noche mucho más que la suma de sus otras ocho taquillas de local en el torneo Apertura 2010.
Siempre he dicho que el Alianza, el Águila, el FAS y el Firpo, con buenas estrategias mercadológicas y resultados deportivos que al menos garanticen victorias de local, se autofinancian solos y no dependen de lo que generen las taquillas.
Hace dos años, Lisandro Pohl comentó en las páginas de EL GRÁFICO que tenía grandes proyectos con el equipo de la capital, pero sus desaciertos administrativos en el pasado hicieron que todo se retrasara –o se olvidara– y estuviera más preocupado en agradar a la Ultra Blanca para que no le volara palo por los malos resultados y ver qué técnico era más obediente a sus indicaciones.
Ahora, es obvio que algo cambió y se dio un primer gran paso para que el equipo fuera fuerte en el Cuscatlán y los aficionados llegaran al estadio en buena cantidad, lo que ha provocado los $200 mil en taquillas que ha recogido en siete jornadas.
Desde mi punto de vista, el reto de la dirigencia blanca es mantener la constante deportiva y financiera e ir más allá.
Considero que los bonos por temporada son otro paso para fortalecer las finanzas; pero en lo deportivo, yo creo que es tiempo de crear las divisiones inferiores del Alianza. No de nombre, sino con una estructura bien cimentada para ir consolidando un verdadero club.
Un título es alegría para la afición alba; pero el legado de la dirigencia debe ser las canteras.
1 comentario:
muy de acuerdo. Finalmente hay estabilidad en el equipo cosa que no se ha visto en mucho tiempo.
Trabajar en las canteras seria un logro importante al igual que pensar en crear un verdadero club.
Que lido seria ver todo esto.
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