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martes, 2 de noviembre de 2010

WILLER FUE EL KILLER


Víctor Zelada Uceda
Lunes, 1 de Noviembre de 2010
"Mientras haya estadio lleno, habrá Willer para rato". Así resume el brasileño, quien tuvo la frialdad para marcarle dos penales al Águila en la goleada del domingo 4-0, su alegría porque los aficionados albos poblaron el estadio Cuscatlán.

Antes del juego, el panorama en Alianza era tenso. Venían de dos derrotas contra Metapán y FAS, con el mismo marcador adverso de 3-0. Todo resultado que no fuese la victoria habría sido caótico en la casa blanca.

Para paliar ese ambiente, Willer Souza detalló que en el camerino todo el plantel se comprometió para no depender de los ausentes: "Hablamos claro de que no nos podíamos quedar a llorar por los que no estaban ("Fito" Zelaya, José Oliveira y Christian Castillo). No importaba quién entrara a la cancha. Nos jugábamos una final contra Águila. Si no ganábamos, nos complicábamos solos. Por eso jugamos con intensidad", explicó.

Cuando el juego pactaba un parcial 0-0, una mano en el área de Francisco Álvarez le concedió su primer penal del juego. Su tiro fue suave y fino, tal como lo recuerdan aún los hinchas blancos con el tanto que hizo Alejandro "Colorado" Curbelo en la final del Clausura 2004 a FAS.

Sobre ese tanto, que puso feliz a sus aficionados, se sinceró: "No es la primera vez que marco un gol así. Cualquier jugador con el 0-0 se pone nervioso, pero no es mi estilo. Hay que tener carácter para hacerlo. Si no, mejor hay que cerrar los ojos y patear fuerte".

Tras esa acción, Willer festejó con todo y sus piruetas. Luego tomó una máscara, en alusión al día de las brujas, pero su chiste le costó una amonestación. Este incidente le causa aún risa, pero acepta, ya serio, que no lo volverá a hacer: "Es la primera y última vez que me pongo una máscara. Un amigo del equipo dio la máscara. Independientemente de quién anotara, la iba a lucir. Pero no sabía que el árbitro me iba a amonestar", se sincera.

En cuanto al pase de gol para Julio Martínez, se rió al confesar que no estaba fríamente calculado, como lo aseveraron algunos cronistas deportivos: "Oí que muchos aseguraban que ya nos habíamos puesto de acuerdo con Julio. Pero no fue así. Centré y cuando abrí los ojos, el balón ya estaba adentro. Mi compañero Julio estuvo atento para cabecear en el segundo poste".

De la alegría natural por ver ganar y golear al Alianza, viene una reflexión. La salida de su primo y compañero José Oliveira es una pérdida grande: "Oliveira sabe que lo echaremos de menos, pero es comprensible que deba viajar a Brasil para estar cerca de su esposa. Es un goleador y abría espacios para nosotros", opina Willer como cierre a la plática.


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