AÑOS DE MALA SUERTE

Alianza buscará la corona para poner fin a un período en el que ha vivido de todo.

Es una incógnita saber quién habrá roto el espejo o a quién se le habrá cruzado un gato negro, pero Alianza vive desde 2004 un verdadero caso de mala suerte. Desde que ganó su último campeonato ha vivido de todo lo que podría pasar un equipo de fútbol: desde estar a punto de descender hasta disputar y perder finales.

Sin embargo, su mufa podría acabar mañana, no porque consigan una pata de conejo o un amuleto, sino porque podría alcanzar la gloria de volver a ser campeón del fútbol salvadoreño.

Si los albos vencen a FAS, habrán conseguido la novena corona de su historia y habrán puesto fin a toda una serie de eventos que comenzó justo el 28 de mayo de 2004, el día que fueron campeones por última vez.

Si FAS ha vivido en crisis económica todo el último año, la mala racha de Alianza ya lleva siete. A veces lo económico, a veces los resultados, los capitalinos han jugados semifinales, se han quedado marginados de ellas, han sido castigados por FIFA, han jugado repechaje por no descender y, últimamente, han vuelto a ser grandes. Volvieron a disputar y perder una final, y mañana quieren ganar, al fin, una. Alzar la copa al cielo.

Una cosa a la vez, un año a la vez, luego del título de ese torneo Clausura 2004, los sube y baja, combinados con buenas y malas noticias, se volvieron el factor común en Alianza. Nada más campeonizar, al siguiente certamen, los blancos acabaron en séptima posición en la tabla y en el Clausura 2005 alcanzaron una semifinal en que fueron eliminados por FAS.

La temporada 2005-2006 no fue de beneplácito para los albos. Primero en el Clausura 2005 acabaron octavos y en el Apertura 2006 fueron quintos. Nada de semifinales. Los albos coquetearon con el repechaje de la segunda división. Apenas tres puntos los salvaron del mismo.

Pese a que parecía que la historia cambiaría un año después, la realidad indicó que no fue así. Las semifinales que disputaron –y que perdieron– en el torneo Apertura 2006 fueron un espejismo ante el noveno puesto del Clausura 2007, que los dejó en el octavo de la acumulada: otra vez salvados del repechaje para no descender.

Luego de dos años bordeando el descenso y cuando parecía que lo peor ya había pasado la realidad demostró que no era así. A mitad de 2007 fueron castigados por la FIFA, por lo que no pudieron contratar jugadores durante un año. a pesar de ello, esa temporada no peligraron descender.

Bajo las órdenes del argentino Pablo Centrone, un séptimo y un sexto puesto salvaron a los blancos de una muerte que muchos dieron casi por segura.

Renovación

Tras tantos golpes, una buena noticia –aunque al final sería a largo plazo– llegó a los blancos cuando antes de comenzar la temporada 2008-2009 se anunció que Lisandro Pohl, ex presidente de Águila y Chalatenango, administraría el equipo.

Sin embargo, el arranque de Pohl brilló más por las crisis que por los resultados. Un noveno lugar en el Apertura 2008 y un octavo en el Clausura 2009 puso a los albos en el repechaje contra el subcampeón de segunda división (AFI) para mantener la categoría. Con solvencia, Alianza lo ganó.

Un octavo lugar en el campeonato Apertura 2009 volvió a dejar en problemas a los capitalinos. Sin embargo, lo peor de la sombra de mala suerte ya había pasado y los albos comenzaron a levantar cara en el Clausura 2010: sextos y con la promesa de un verdadero proceso bajo el mando del serbio Milos Miljanic.

Como premio al sufrimiento y al trabajo, los paquidermos recibieron la recompensa y el torneo pasado, Apertura 2010, alcanzaron la final del fútbol salvadoreño por primera vez en seis años. Empero, la fe y la experiencia de Metapán pudo más y se fueron a casa con el subcampeonato.

Mañana tienen una nueva oportunidad para borrar los malos recuerdos y la mala suerte. Alianza fue el mejor equipo del torneo Clausura 2011 –primero en la tabla de clasificación tras dos vueltas– y la corona sería el premio ideal. ¿Cuál pata de conejo? Lo que quieren es una copa.