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domingo, 11 de septiembre de 2011

¡ALLI, ALLI ESTA EL CAMPEON!





FRANKLIN PONCE DEPORTES@ELSALVADOR.COM
Sábado, 10 de Septiembre de 2011
SAN MIGUEL. Alianza, dirigido por Leonel Cárcamo en sustitución de Roberto Gamarra, y a la espera del nuevo técnico, Vladan Vicevic, asaltó al Águila en el estadio Juan Francisco Barraza (2-1).

Una buena noche, para un buen partido. De dinámica, de ida y vuelta, con constante peligro en ambos sectores, Águila y Alianza estaban decididos a ganar.

En los primeros 15 minutos, hubo mucha presión, pero las jugadas más claras aparecieron a partir del siguiente minuto.

Primero, con los albos, con una penetración en toques cortos, en el que entró habilitado Mauricio Quintanilla; pero ante la falta de costumbre, se tardó en definir y fue anticipado por Deris Umanzor, que alejó el peligro.

En la jugada siguiente, Shawn Martin recibió pelota en el centro, dominó, fue ganando espacio, pero fue derribado por Roberto Maradiaga, lo que se sancionó como falta. En el 17', Nicolás Muñoz ejecutó el tiro libre, pero sin superar la barrera.

Fue en el 19', en un tiro de esquina, que Alianza abrió el marcador. El centro llegó por la derecha, un jugador albo prolongó de cabeza al segundo poste, donde entró al cierre Nelson Bonilla, quien de cabeza mandó al fondo, para colocar el 1-0 y enmudecer al estadio migueleño.

Verse abajo en el marcador desconcentró a Águila, que generó imprecisiones y dio ventajas a los albos.

Los emplumados fueron teniendo problemas con el traslado del balón, pero ni aún así hicieron que el técnico Hugo Coria se levantara de la banca. Caso contrario con Cárcamo, en Alianza, quien siempre apeló al orden táctico. Los albos supieron cerrarse atrás.

Luego, un balonazo desde la defensa blanca llegó a la mediacancha a Bonilla, quien dominó la pelota y fue ganando profundidad hasta entrar al área, donde tuvo la presión de Mardoqueo Henríquez, quien solo le hizo sombra y no evitó que el delantero albo marcará el segundo (44').

El silencio del Barraza fue la mayor celebración para Bonilla, silencio que se cortó con el pitazo del fin de la primera mitad, con los abucheos de la afición migueleña, castigando más a los emplumados.

Uno que supo a poco

Para el segundo tiempo, en Águila llegaron las modificaciones, para ganar profundidad. En un inicio se vio diferencia, con llegadas por los costados, pero que no se sabían aprovechar.

Las llegadas no evitaron que los emplumados continuaran con las imprecisiones, que servían para que los albos ganaran peligrosidad. Bonilla siguió siendo el que más problemas dio a la zaga aguilucha. Se retrasó para ganar balones y alimentar a Rafael Burgos, quien en el complemento lo acompañó en sustitución de Da Silva.

Con el correr del tiempo, en los emplumados surgió la desesperación. A partir del 60', ya no hubo idea de juego y generar tres toques continuos era imposible. La peligrosidad de Águila llegó en base a individualidades y no por juego de colectividad.

Alianza se cerró más y terminó asfixiando al Águila, que terminó el partido con su afición en contra. Silbando y abucheando a sus jugadores cada vez que tenían el balón y coreando "ole" cuando la dominaba el rival.

La furia no se detuvo en la afición, pese a que Glauber Da Silva descontó en el 90', de tiro libre, después de que la pelota se desvió en la barrera.
EDH


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