MEDIOS reconocen la diferencia, y los equipos contrarios lamentan cuando no está el equipo más grande de El Salvador en una final. Cosas del fútbol...
TEXTO: FRANKLIN PONCE FOTOS: L. MONTERROSA, J. REYES, O. CARBONERO Y M. RECINOS
Domingo, 18 de Diciembre de 2011
SAN SALVADOR. No fue un ambiente como el de las últimas finales de la Primera División, pero igual tuvo de "todo un poco".
Las calles cerca del estadio Cuscatlán parecían el de un día normal, sin mucho congestionamiento.
El ingreso de los aficionados arrancó a las diez de la mañana, pero fue a partir del mediodía que la afluencia de aficionados creció.
Como es costumbre, a pesar de que el ambiente no pintaba para que el Cusca se fuera a abarrotar, los del mercado negro quisieron hacer su "Navidad" y aumentaron en dos dólares las entradas. Siendo lógicos, estos al final tuvieron pérdidas, porque el estadio llegó a tener un máximo del 60% de su capacidad.
Los vendedores, por su parte, no quisieron ver deficit y también aumentaron el precio de sus artículos. Por ejemplo, "las tostadas" costaban un dólar, las gaseosas en lata, $1.25, y el vaso de cerveza, $2.50...
Cosas de fútbol
El ambiente tuvo el estilo propio de los equipos de esta final. Por una pequeña diferencia, los aficionados canarios fueron más.
Entre lo más curioso que se puede destacar de las hichada: un aficionado del Once intentó grabar todo el partido con su teléfono celular. Pero la carga no le alcanzó.
Un patrocinador, por cada equipo, contrató un grupo de batucada y las bailarinas, ya combinadas, fueron el colirio para muchos.
No fue una final a tope, pero color no faltó en la afición.
Leer también: El “Cusca” con poca afluencia para la final LMF
Domingo, 18 de Diciembre de 2011
SAN SALVADOR. No fue un ambiente como el de las últimas finales de la Primera División, pero igual tuvo de "todo un poco".
Las calles cerca del estadio Cuscatlán parecían el de un día normal, sin mucho congestionamiento.
El ingreso de los aficionados arrancó a las diez de la mañana, pero fue a partir del mediodía que la afluencia de aficionados creció.
Como es costumbre, a pesar de que el ambiente no pintaba para que el Cusca se fuera a abarrotar, los del mercado negro quisieron hacer su "Navidad" y aumentaron en dos dólares las entradas. Siendo lógicos, estos al final tuvieron pérdidas, porque el estadio llegó a tener un máximo del 60% de su capacidad.
Los vendedores, por su parte, no quisieron ver deficit y también aumentaron el precio de sus artículos. Por ejemplo, "las tostadas" costaban un dólar, las gaseosas en lata, $1.25, y el vaso de cerveza, $2.50...
Cosas de fútbol
El ambiente tuvo el estilo propio de los equipos de esta final. Por una pequeña diferencia, los aficionados canarios fueron más.
Entre lo más curioso que se puede destacar de las hichada: un aficionado del Once intentó grabar todo el partido con su teléfono celular. Pero la carga no le alcanzó.
Un patrocinador, por cada equipo, contrató un grupo de batucada y las bailarinas, ya combinadas, fueron el colirio para muchos.
No fue una final a tope, pero color no faltó en la afición.
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