SAN JOSÉ, COSTA RICA. Los reclamos de la Federación de fútbol de Costa Rica y de la prensa deportiva local en contra el arbitraje del viernes entre la selección local y la de El Salvador prosiguieron este fin de semana, en vísperas del juego del martes contra Guyana, en ese país.
El árbitró Walter Flores, de nacionalidad guatemalteca, se convirtió en otro blanco del aluvión de críticas, tras el tímido empate a dos goles obtenido por Costa Rica en su casa, en el juego de inicio de la fase de semifinales de la zona de la CONCACAF para el mundial de Brasil 2014.
El entrenador de Costa Rica, el colombiano Jorge Luis Pinto, calificó de "penoso para el fútbol" el papel de Flores en el juego del viernes, a quien la crítica local y los federativos reclaman haber anulado un gol, que consideran válido, a los costarricenses cuando el partido expiraba, así como de permitir el juego fuerte de El Salvador.
El tesorero de la Federación de Fútbol y presidente de la Comisión costarricense de Arbitraje, Rodolfo Villalobos, reiteró hoy que desde hacía un mes el organismo había expresado su disconformidad por la designación de Flores para el partido contra el Salvador. La queja, según afirmó, se la dirigieron vía correo electrónico al presidente de la Comisión de Arbitraje de la CONCACAF, el también guatemalteco Carlos Batres.
La dirigencia del fútbol local considera que en situaciones anteriores Flores ha perjudicado a los costarricenses con sus arbitrajes. "Este señor (Flores) tiene un problema con Costa Rica y yo espero que ya con esto (la actuación del viernes) don Carlos Batres se haya convencido y no lo vuelva a mandar a Costa Rica ni a ningún otro partido (donde jueguen los costarricenses)", dijo Villalobos a la prensa local.
El seleccionado enfrenta un vendaval de críticas por su pobre actuación en el inicio de la eliminatoria, luego de que El Salvador le arrancó un empate en su casa luego de estar perdiendo por dos goles de diferencia en los primeros 15 minutos del primer tiempo. La escuadra tricolor viajó este domingo a Georgetown, capital de Guyana, con la obligación de ganar a toda costa, según dijeron los jugadores, ante un rival en teoría mucho más débil que los ticos.
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