Era cuestión de tiempo para que la directiva de Alianza confirmara que no renovará contrato al técnico argentino Ramiro Cepeda para el Apertura 2013. Ayer se hizo oficial. Cepeda aseguró que tiene una oferta para dirigir en el fútbol de Guatemala.
¿Cómo tomó la decisión de la junta directiva de Alianza en cuanto a no renovarle contrato para el próximo torneo?
Yo sí quería continuar. Se había hecho un muy buen trabajo. No lo habíamos podido consolidar con un título por cosas que suceden en el fútbol. Veníamos de un proceso muy importante después de un año malo. La gente estaba ilusionada con este equipo, con la manera de jugar. El equipo tenía una idea clara de juego. Teníamos un equipo que era vistoso a la hora de jugar, éramos un conjunto ganador, pero no se dio el resultado al final, que era lo que esperábamos.
¿Cree que pesó en demasía el hecho de no haber logrado la corona en los dos torneos que dirigió al plantel aliancista?
Sí. En el primer torneo estuvimos a punto de salir campeones. Pesó el tema de los bajones que normalmente suceden en El Salvador. Nuestro bajón (caída) fue en la última parte del torneo.
¿Cuán determinante para Alianza fue haber perdido inicialmente la primera casilla y luego la segunda, que otorgan ventajas en la serie de semifinales?
Sí influyó. Pero lo que a nosotros nos llevó a perder la segunda posición fue la falta de gol. El equipo generó oportunidades a gol contra Once Municipal y Marte, en la segunda vuelta, pero no ligamos. No teníamos un nueve (centro delantero) porque a Orlando Rodríguez las cosas no le salieron bien y aparte teníamos lesionado a Nelson Bonilla. Todo recayó en Jonathan Faña, que es un jugador que se mueve en todo el sector de ataque, pero no tuvo acompañante.
Conocimos que no fue fácil la decisión de la dirigencia alba de no renovar contrato a Ramiro Cepeda. Hubo dos reuniones para analizar el caso...
Por lo que escuché, la decisión fue de todos los directivos porque Lisandro Pohl, como presidente, participó. Él tampoco estaba de acuerdo en que yo me quedara. Cuando él me lo informó a mí me dijo que había sido unánime. No me habló de que solo uno había tomado la decisión, él también estaba de acuerdo en que yo saliera. Pero sí, los más críticos fueron unos directivos que hasta hablaron de esquemas de juego, como si tuvieran una gran sabiduría.
¿Tiene ofertas para dirigir a otros equipos?
Sí. Estoy viendo una oferta de Guatemala, que estaríamos definiendo. Pero hay que esperar a ver qué pasa.
¿Es un equipo de abolengo o de mitad de tabla?
No te puedo decir nada.
Cuando se fue al Petapa chapín en 2012 se llevó a Rafael Burgos. ¿Piensa llevarse a jugadores cuscatlecos para el balompié guatemalteco?
Si voy a Guatemala, me llevo dos jugadores salvadoreños.
¿Cuánta presión genera ser técnico de un equipo como Alianza, que goza del respaldo de un sector considerable de la afición nacional?
Ninguna. No creo que en la presión del fútbol como tal. Me parece que la presión tendrá otro tipo de cosas. Dirigir a Alianza es algo que se disfruta mucho porque la gente siempre te está alentando, ya sea de local o visitante. Nunca sentí presión, lo disfruté mucho.
¿Se mantiene en la idea de que a este equipo solo se lo debe reforzar con un par de piezas y hacer pequeños ajustes para alcanzar la corona?
Por supuesto. En este año Alianza fue el mejor de los últimos 10 años, fue el equipo con mayor cantidad de puntos, con mayor goles a favor. Le falta muy poquito para ser campeón. El entrenador que venga se va a encontrar con un equipo totalmente diferente a lo que encontré yo. Va a encontrar todo armado, todo listo. Deberá traer un par de jugadores más y seguramente Alianza va a salir campeón.
¿Se va usted solo o todo su cuerpo técnico?
Vinimos todos juntos y nos vamos todos juntos.
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