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domingo, 4 de diciembre de 2016

PERDIMOS PERO PASAMOS



Con la pólvora mojada, Alianza no tuvo un desenlace más tranquilo en la serie frente a Limeño, en la vuelta de los cuartos de final. Hasta con la portería vacía, los jugadores albos no pudieron anotar, sufriendo el descuento de Carlos del Giorno (90+3’), con el que empató en el global (2-2), pero que por la mejor posición en la tabla, le termina dando el boleto a los paquidermos. 
Los albos tenían la balanza a su favor, después de la victoria en el partido de ida (2-1). Los tres resultados (triunfo, empate y la derrota por un gol) le daban la clasificación a la siguiente fase. Milton Tigana Meléndez realizó tres variantes en su once inicial, con las incorporaciones de Larín, Sosa y Rudy Valencia (por Isaac Portillo, Juan Carlos Portillo y Rodolfo Zelaya), aplicando un 4-3-2-1.
Limeño, que era el obligado a ganar por dos goles para revertir la serie, repitieron el mismo cuadro titular del partido anterior (4-4-2). Pero el planteamiento ofensivo, utilizado por el DT Francisco Robles no dio mucho resultado en los primeros minutos, cuando los albos tomaron la manija del partido y con tres aproximaciones inquietaron la meta de William Torres, quien con algo de fortuna no vio perforada su portería.
Respaldados por el buen número de aficionados albos, quienes tiñeron de blanco casi todos los sectores del Cuscatlán, Alianza mantuvo el dominio del partido, con los desbordes por los costados de Óscar Cerén y Herbert Sosa. En la marca, Valencia y Rivera fueron oportunos para cortar la idea de los volantes santarroseños, específicamente en Yuvinni Salamanca, por quien pasó casi todas las pelotas. 
Los defensores albos también actuaron aplicados para hacer los relevos y no permitir la reacción del rival, que tuvo un número reducido de seguidores, quienes guardaban la fe para lograr el resultado favorable.
A partir del minuto 20, con pelotazos hacia el frente, Limeño dio algunas señales de vida. Balonazos que exigieron a Jefferson Viveros y Clayvin Zúniga a correr por la pelota, pero no había más sorpresa. Óscar Arroyo se convirtió en un espectador más. En ese momento, Alianza había tomado un respiro, le bajó intensidad al ataque y se rearmó para evitar más los pelotazos de los del Limeño y con ello se recuperó para volver a tener el control del partido.
Lo mejor del primer tiempo se vivió en los últimos quince minutos, donde los dos equipos tuvieron las aproximaciones más claras para marcar. Primero fueron los albos, con un desborde por la izquierda de LArín, quien al ganar línea de fondo, centró para la incorporación de Óscar Guerrero, quien no le pudo dar dirección al cabezazo y mandó el balón arriba, cuando había quedado con la portería vacía (33’).
Dos minutos después, la respuesta de los orientales fue con otro pelotazo, donde Zúniga asistió a Viveros, a quien le quedó un poco la pelota pasada y sin piernas para prolongar a un compañero que venía de frente, permitiendo el rechazó de la defensa local. Lo último de los albos, al 37’, con el desborde por la derecha del colombiano Guerrero, quien se quitó tres marcas, terminó pasando hacia atrás, pero a Sosa le fueron rechazados los remates dentro del área.

Luego, en un contragolpe, Larín se fue solo por la izquierda, perfilandose con su pierna izquierda, para sacar el remate que se terminó yendo desviado, con el que provocó los lamentos y recriminaciones de sus aficionados, que le reclamaban el egoismo por no asistir a Cerén, quien iba entrando solo por le otro sector. Así se despidieron de la primera parte, con Alianza frotándose la manos, al quedar a 45 minutos de la clasificación.
Grito ahogado
El tiempo era el peor enemigo de los santarroseños, quienes en la primera parte se habían quedado corto y por ello el técnico tuvo que modificar, al enviar a Diego Cocca, por Salamanca. Una sustitución de “hombre por hombre”, con el que no se cambió el sistema, pero el técnico esperaba encontrar profundidad.
Coca rapidamente pasó a tener el control del balón y liderar el ataque del equipo, que también ganó confianza para arriesgar más hacia el frente. Sin embargo, atrás hubo algunos descuidos, que estuvieron a punto de costarles caro, pero tuvieron la suerte que Guerrero no estuvo en su tarde.
El colombiano dejo escapar otra oportunidad clara, al encontrarse con un balón suelto que Herbert Sosa no pudo definir ante el achique del portero, y que el sudamericano envió afuera, al quedarse, otra vez, con la portería vacía (50’).
La afición volvió a reaccionar con reproche hacia sus jugadores, pero ahora incluyeron la exigencia de que ingresara el delantero Rodolfo Zelaya. Los gritos de “Fito, Fito, Fito…” hicieron ecó en el técnico Meléndez, quien casí de inmediato aceleró el calentamiento de Zelaya, quien minutos después llegó al partido.

El delantero, quien fue ovacionado en su ingreso, después de aplaudir la salida de Guerrero; trató de incorporarse rápido a la idea que quizo mantener el “Tigana”, manteniendo la presión sobre Limeño, que solo tuvo la oportunidad con el remate de Zúniga, que Arroyo tapó (53’). Alianza siguió sumando oportunidades para anotar, con un cabezazo de Fito y un cierre de Larín, que se fueron sobre la portería, después de los dos desbordes de Sosa, por la derecha.

En los últimos diez minutos, Limeño, sin más que perder adelantó líneas, para por lo menos recortar distancia y hacer más dramático el partido. El uruguayo Carlos Del Giorno pudo descontar de cabeza, tras un tiro de esquina (90+3’), con el que empataron el global y con lo que terminó el partido. Los albos celebraron con un sabor amargo, mientras los santarroseños se despidieron entre aplausos, por el esfuerzo realizado.

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