Pasaquina se logró aplicar en casa, para no
tener mayores complicaciones contra Alianza que vino de más a menos,
para terminar perdiendo (2-0), ante los burros que acechan los primeros
cuatro puestos, donde los albos cedieron en sus posibilidades por llegar
al liderato.
No era un cielo despejado, el sol no quemaba como en otras ocasiones, pero la temperatura se volvía a sentir alta en el estadio San Sebastián, por lo que el conjunto albo buscó no exigirse mucho en cuanto a lo físico, con pases al pie del compañero. El terreno de la cancha no mostraba problemas, a pesar de que la noche anterior había llovido mucho en el lugar.
Los burros hacían un juego inteligente, cerrando los espacios, ubicando marca en los jugadores determinantes de la visita y tratando de proponer con la velocidad de los delanteros, el cristobalense Devaughn Elliott y el colombiano Neymer Miranda.
Se tenía un partido parejo, de pocas llegadas sobre portería rival. La más clara, sobre minuto 13, fue un disparo de Yuvini Salamanca, en un contragolpe, del que sacó un disparo con potencia que exigió en la estirada al portero Elmer Iglesias, para rechazar la pelota a n costado de la meta.
La afición local aprobaba la iniciativa que había tomado el equipo. Jugada que se convirtió en aviso, porque en la llegada siguiente, en un balón a profundidad a Miranda, este ganó la posesión para entrar al área, donde recibió la falta de Iglesias, quien pareció no tocarlo, pero el central Rodolfo Castillo, sancionó con mucha seguridad.
El defensor y capitán de los pasaquinenses, Carlos Arévalo, un ex albo, convirtió en gol, el penalti, con un disparo raso a la izquierda, con el que engañó al meta paquidermo.
Después de la anotación, los albos insistieron en busca de la paridad, lo hicieron mucho con llegadas a ras de piso, por los costados entrando en diagonal, de donde al acercarse al área hacían un disparo que terminaba desviado y cuando intentaron con un centro, encontraban muy obligado en el cabezazo al “pequeño” José Iglesias, que no podía darle dirección al balón.
Bastante enfocado en la defensa, Pasaquina se quedó con el contragolpe y aunque llegó poco, lo hacía con bastante claridad como para encontrar el segundo. Lo más cercano, en el 38’, fue un cabezazo de Víctor García, que pegó en el larguero, tras el tiro de esquina.
Para el cierre del primer tiempo, Alianza terminó presionando y prácticamente encerrado al Pasaquina, en su sector, del que no podían salir con idea, preso también a algnas imprecisiones en el traslado de la pelota.
Fue en otro atenimiento defensivo, que los buros aumentaron el marcador, en un balón que el colombiano Miranda controló, sin compañía se perfilo a marco y sacó un disparo de pierna izquierda, que se desvió en un defensor, que le dio elevación al balón y dejar sin reacción a Iglesias, quien resignado solo vio como el balón tocaba red (45’).
Las caras largas con las que Alianza abandonó la cancha hacia el camerino, en el medio tiempo, reflejaban la inconformidad que sentían, al estar perdiendo por dos goles, por la propuesta que también habían hecho en ataque, donde ofensiva.
Con dos sustituciones, Rubén Alonso buscó tener más contundencias en las llegadas, que habían sido constante en la primera parte. Philippe y Guerrero entraron para hacer más compañía a Zelaya, adelante.
La fortaleza del Pasaquina fue mantener el orden y la aplicación defensiva, para que los albos pudieran ofrecer poco en ataque, no manteniendo el ritmo que tuvieron en el primer tiempo.
Pasados los quince minutos (60’), Víctor Coreas, técnico de los burros, decidió realizar algunas cambios, enfocados en resguardar el marcador reforzando la defensa y tampoco renunciando al ataque, con el que mantuvo el contragolpe, siendo siempre mejor y con el que estuvo más cerca de conseguir el llegar al tercero, que los albos del descuento.
El tercer tanto llegó hasta el 90', cuando Salamanca definió con un toque suave, tras la combinación con Hernández, para sentenciar el triunfo albo (3-0) y sueña en grande.
No era un cielo despejado, el sol no quemaba como en otras ocasiones, pero la temperatura se volvía a sentir alta en el estadio San Sebastián, por lo que el conjunto albo buscó no exigirse mucho en cuanto a lo físico, con pases al pie del compañero. El terreno de la cancha no mostraba problemas, a pesar de que la noche anterior había llovido mucho en el lugar.
Los burros hacían un juego inteligente, cerrando los espacios, ubicando marca en los jugadores determinantes de la visita y tratando de proponer con la velocidad de los delanteros, el cristobalense Devaughn Elliott y el colombiano Neymer Miranda.
Se tenía un partido parejo, de pocas llegadas sobre portería rival. La más clara, sobre minuto 13, fue un disparo de Yuvini Salamanca, en un contragolpe, del que sacó un disparo con potencia que exigió en la estirada al portero Elmer Iglesias, para rechazar la pelota a n costado de la meta.
La afición local aprobaba la iniciativa que había tomado el equipo. Jugada que se convirtió en aviso, porque en la llegada siguiente, en un balón a profundidad a Miranda, este ganó la posesión para entrar al área, donde recibió la falta de Iglesias, quien pareció no tocarlo, pero el central Rodolfo Castillo, sancionó con mucha seguridad.
El defensor y capitán de los pasaquinenses, Carlos Arévalo, un ex albo, convirtió en gol, el penalti, con un disparo raso a la izquierda, con el que engañó al meta paquidermo.
Después de la anotación, los albos insistieron en busca de la paridad, lo hicieron mucho con llegadas a ras de piso, por los costados entrando en diagonal, de donde al acercarse al área hacían un disparo que terminaba desviado y cuando intentaron con un centro, encontraban muy obligado en el cabezazo al “pequeño” José Iglesias, que no podía darle dirección al balón.
Bastante enfocado en la defensa, Pasaquina se quedó con el contragolpe y aunque llegó poco, lo hacía con bastante claridad como para encontrar el segundo. Lo más cercano, en el 38’, fue un cabezazo de Víctor García, que pegó en el larguero, tras el tiro de esquina.
Para el cierre del primer tiempo, Alianza terminó presionando y prácticamente encerrado al Pasaquina, en su sector, del que no podían salir con idea, preso también a algnas imprecisiones en el traslado de la pelota.
Fue en otro atenimiento defensivo, que los buros aumentaron el marcador, en un balón que el colombiano Miranda controló, sin compañía se perfilo a marco y sacó un disparo de pierna izquierda, que se desvió en un defensor, que le dio elevación al balón y dejar sin reacción a Iglesias, quien resignado solo vio como el balón tocaba red (45’).
Las caras largas con las que Alianza abandonó la cancha hacia el camerino, en el medio tiempo, reflejaban la inconformidad que sentían, al estar perdiendo por dos goles, por la propuesta que también habían hecho en ataque, donde ofensiva.
Con dos sustituciones, Rubén Alonso buscó tener más contundencias en las llegadas, que habían sido constante en la primera parte. Philippe y Guerrero entraron para hacer más compañía a Zelaya, adelante.
La fortaleza del Pasaquina fue mantener el orden y la aplicación defensiva, para que los albos pudieran ofrecer poco en ataque, no manteniendo el ritmo que tuvieron en el primer tiempo.
Pasados los quince minutos (60’), Víctor Coreas, técnico de los burros, decidió realizar algunas cambios, enfocados en resguardar el marcador reforzando la defensa y tampoco renunciando al ataque, con el que mantuvo el contragolpe, siendo siempre mejor y con el que estuvo más cerca de conseguir el llegar al tercero, que los albos del descuento.
El tercer tanto llegó hasta el 90', cuando Salamanca definió con un toque suave, tras la combinación con Hernández, para sentenciar el triunfo albo (3-0) y sueña en grande.
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