Miércoles 06 de Enero, 2010
SAN SALVADOR. La experiencia de una década de fútbol en Colombia y Argentina le permitió formar parte de la selección cafetera a principios de este siglo. El volante Edgar Ramos, al servicio del Alianza, transmite confianza al cuerpo técnico para conformar el medio campo blanco en el Clausura 2010.
¿Qué impresión te deja el equipo luego de una semana de trabajo?
Me siento muy contento y consciente de la responsabilidad que tenemos como grupo para la hinchada blanca. El torneo apenas comenzará y tenemos tiempo para devolverle la sonrisa a la afición del Alianza, que he comprobado que es fiel pero exigente.
¿Cómo analizás al equipo en lo general?
Sabemos que lo que vive el plantel no es fácil, que debemos encontrar el momento para que el equipo gane. La presión es fuerte, pero estoy seguro de que con trabajo en grupo lo podemos lograr.
¿En qué posición te sentís más cómodo, como carrilero o como volante?
Ante el Motagua jugué como volante por izquierda y me sentí bien; ante el Atlético Marte no salieron las cosas como uno quería, sabemos que no desarrollamos un buen fútbol a los ojos de la hinchada, pero en ambas posiciones me siento cómodo, depende del esquema del profesor para que yo pueda ubicarme en el puesto que requiera. En Colombia y en Argentina he jugado en ambas posiciones y no me he sentido incómodo.
¿En qué nivel estás luego de no parar durante todo un año en tu anterior experiencia?
Bueno, es difícil, pero en esto del fútbol no hay excusas. Partido tras partido hay que demostrar lo mejor de uno, y espero que me pueda adaptar rápido al esquema que desea el profesor Milos (Miljanic), así como al grupo de compañeros, que ha demostrado ser una gran familia. Espero que pronto logremos alcanzar los objetivos trazados.
¿Ya te adaptaste a nuestro país?
Todos me han recibido bien. Me siento como en casa, pero extraño mucho a mi familia y espero que pronto estén conmigo. En cuanto a la comida salvadoreña, es parecida a la comida mexicana, con mucho picante, pero en lo general se parece mucho a la comida colombiana también. Puedo ir al supermercado y comprarme los ingredientes que necesito para cocinar, ya probé las pupusas y son parecidas a las arepas, aunque las pupusas son más blanditas o más “aguadas”, como se dice por aquí, pero son riquísimas.
¿Cómo considerás al fútbol salvadoreño?
Es un fútbol en ascenso, y lo demostraron en las eliminatorias mundialistas hacia Sudáfrica. Tuve oportunidad de observar un par de juegos en Colombia y me pareció interesante. Es comprensible que, como en muchos países, haya deficiencias, pero considero que es un fútbol que puede desarrollarse. En el Alianza me he dado cuenta de la calidad del futbolista salvadoreño, por eso no dudé en venir a este país, donde, repito, me han recibido con los brazos abiertos. / SAMUEL MARTELL, EL GRÁFICO
¿Qué impresión te deja el equipo luego de una semana de trabajo?
Me siento muy contento y consciente de la responsabilidad que tenemos como grupo para la hinchada blanca. El torneo apenas comenzará y tenemos tiempo para devolverle la sonrisa a la afición del Alianza, que he comprobado que es fiel pero exigente.
¿Cómo analizás al equipo en lo general?
Sabemos que lo que vive el plantel no es fácil, que debemos encontrar el momento para que el equipo gane. La presión es fuerte, pero estoy seguro de que con trabajo en grupo lo podemos lograr.
¿En qué posición te sentís más cómodo, como carrilero o como volante?
Ante el Motagua jugué como volante por izquierda y me sentí bien; ante el Atlético Marte no salieron las cosas como uno quería, sabemos que no desarrollamos un buen fútbol a los ojos de la hinchada, pero en ambas posiciones me siento cómodo, depende del esquema del profesor para que yo pueda ubicarme en el puesto que requiera. En Colombia y en Argentina he jugado en ambas posiciones y no me he sentido incómodo.
¿En qué nivel estás luego de no parar durante todo un año en tu anterior experiencia?
Bueno, es difícil, pero en esto del fútbol no hay excusas. Partido tras partido hay que demostrar lo mejor de uno, y espero que me pueda adaptar rápido al esquema que desea el profesor Milos (Miljanic), así como al grupo de compañeros, que ha demostrado ser una gran familia. Espero que pronto logremos alcanzar los objetivos trazados.
¿Ya te adaptaste a nuestro país?
Todos me han recibido bien. Me siento como en casa, pero extraño mucho a mi familia y espero que pronto estén conmigo. En cuanto a la comida salvadoreña, es parecida a la comida mexicana, con mucho picante, pero en lo general se parece mucho a la comida colombiana también. Puedo ir al supermercado y comprarme los ingredientes que necesito para cocinar, ya probé las pupusas y son parecidas a las arepas, aunque las pupusas son más blanditas o más “aguadas”, como se dice por aquí, pero son riquísimas.
¿Cómo considerás al fútbol salvadoreño?
Es un fútbol en ascenso, y lo demostraron en las eliminatorias mundialistas hacia Sudáfrica. Tuve oportunidad de observar un par de juegos en Colombia y me pareció interesante. Es comprensible que, como en muchos países, haya deficiencias, pero considero que es un fútbol que puede desarrollarse. En el Alianza me he dado cuenta de la calidad del futbolista salvadoreño, por eso no dudé en venir a este país, donde, repito, me han recibido con los brazos abiertos. / SAMUEL MARTELL, EL GRÁFICO
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